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viernes, 11 de abril de 2014
#RepasoDeArtistas#
María Gabriela de Faría
María Gabriela de Faría (Caracas, Venezuela, 11 de septiembre de 1992) es una actriz, animadora, diseñadora de moda y cantante venezolana. Es conocida internacionalmente por su papel como Isabella Pasquali en la serie de Nickelodeon Latinoamérica Isa TKM. De Faría grabó música para las bandas sonoras de la telenovela, como miembro del grupo musical Isa TKM, La Fiesta Va A Empezar (2009) y Sigo Al Corazón (2009), lanzados por Sony Music Latin. Con el éxito de la franquicia Isa TKM, ella se estableció como “Idolo Juvenil” en toda América Latina. Los integrantes del grupo Isa TKM han realizado una gira de conciertos por diversos países de América Latina, a partir de marzo de 2009, que incluyó firma de autógrafos, promociones y conciertos.En 2010, De Faría ya era reconocida internacionalmente y ganó el premio de Personaje Femenino Favorito de Una Serie en la primera entrega de los Kids Choice Awards México y el de Actriz Favorita en los Premios Nick 2010 de Nickelodeon Brasil. María Gabriela fue cultivando una imagen más madura en 2011 cuando tuvo una aparición especial en la producción original de Fox Latinoamérica Mentes en Shock, donde interpretó a Mara, una joven con problemas. En mayo de 2011 De Faría se fue de gira junto a la banda Panorama Express en el tour Isa Forever, donde interpretó canciones de los álbumes de la serie Isa TKM, junto a Reinaldo “Peche”, su exnovio. En entre el 2011 y 2012, De Faría participó en la segunda y tercera temporada de Grachi, donde interpreta a Mía, una villana bruja con poderes mágicos. A finales de 2012 estuvo en la película colombiana El paseo 2 como Natalia, al lado de grandes actores como John Leguizamo y Karen Martínez. 1
En el 2014 protagoniza la telenovela de RTI Producciones y RCTV, Virgen de la calle junto a Juan Pablo Llano y con las participaciones antagónicas de Rosanna Zanetti, Marjorie Magri y el primer actor Miguel de León.
Wonder Worl Capitulo - 12
CAPITULO 12
Eran las 11 pm . Zack todavía no había llegado o eso yo creía por que no me llamo hace como 4 horas , me quede una hora esperando que llame o de señal de vida .en ese momento me fije si tenia tarea , pero no nada , estaba cansada , mañana de nuevo a las 6 de la mañana la rutina de siempre , era miercoles , faltaban 2 días y tendria finde semana , pensaba todas cosas tontas hasta que el sueño invadió mi cuerpo y caí en profundo sueño , dormi solo 7 horas y hice la rutina de siempre aunque me levanté más temprano de los común 5 y 30 y me dio tiempo para bañarme y en eso me acordé que hoy viene Ruggero , Ruggero mi mejor amigo que no veo hace ya como 2 años , cuando ya estaba en mi 5to sueño él me mando un mensaje diciendo "Hey hermosa , llegue espero verte mañana en el colegio ,encontremonos en la puerta , te espero , te extraño y te amo bobita xx"
Ya eran las 7 a lo que ya había desayunado , me sentía muy sola desde que ya no tenía a mis seres más queridos era extraño levantarme sola y no poder decir un "Chau ma , chau pa chau hermanito hermoso de mi vida " . Intente olvidarlo no tenia que estar triste y menos que volvia a ver a mi mejor amigo , olvidé todo evité lagrimas y en eso revisando mi celular vi el mensaje de Ruggero , a lo que le respondo "Oh genial , estas llendo para el colegio me imagino , te espero alla , yo tambien te exteñe mucho y te amo más tonto dale ahí te espero ". En eso llegé tras 15 minutos , espere en eso a zack estaba muy emocionada de volvelo a ver despúes de tanto tiempo , el siempre tan impuntal faltaban 5 minutos , cuando de repente veo una sombra alta masomenos de 1.75 , pelo corto color marron y esos ojos verdes azulejos , el indudablemente , al verme apuro el paso al ver que solo faltaban 5 minutos para entrar .
Martina : Ruggero! , tanto tiempo , como llegaste?
Ruggero : Tini! , la verdad si mucho , estas cambiada , muy bien gracias por preguntar
Martina : Hey , llegaste tarde bobo , que clase tenes en los horarios ?
Ruggero : si lose fea , Frances en el aula 15 y vos?
Ruggero: También , vamos te digo donde es .
Por suerte el profesor no había llegado para ese entonces , llego 20 minutos tarde por que habían cortados calles por protestas , mejor para mi , en la clase me tocaba con Mercedes, Pablo, Facu y Ruggero los presente a ellos y se llevaron recontra bien por suerte ..
Martina: mercedes, hola , como estas? - Me saludo con un beso en la mejilla , mirando al nuevo de la clase .
Mercedes : Bien muy bien y vos linda? - Respondi el gesto
Martina : Bien gracias - Noté que lo miraba - Ah si , me olvidé de decirte , él es Ruggero mi mejor amigo
Martina: Mercedes, Ruggero, Ruggero, Mercedes.
Mercedes : Hola Ruggero , soy Mercedes Lambre , un gusto
Zack : Hola Mercedes , soy Ruggero Pasquarelli, el gusto es mio
Había mucha conexión entre ellos se notó ,desde que se conocieron
Eran las 11 pm . Zack todavía no había llegado o eso yo creía por que no me llamo hace como 4 horas , me quede una hora esperando que llame o de señal de vida .en ese momento me fije si tenia tarea , pero no nada , estaba cansada , mañana de nuevo a las 6 de la mañana la rutina de siempre , era miercoles , faltaban 2 días y tendria finde semana , pensaba todas cosas tontas hasta que el sueño invadió mi cuerpo y caí en profundo sueño , dormi solo 7 horas y hice la rutina de siempre aunque me levanté más temprano de los común 5 y 30 y me dio tiempo para bañarme y en eso me acordé que hoy viene Ruggero , Ruggero mi mejor amigo que no veo hace ya como 2 años , cuando ya estaba en mi 5to sueño él me mando un mensaje diciendo "Hey hermosa , llegue espero verte mañana en el colegio ,encontremonos en la puerta , te espero , te extraño y te amo bobita xx"
Ya eran las 7 a lo que ya había desayunado , me sentía muy sola desde que ya no tenía a mis seres más queridos era extraño levantarme sola y no poder decir un "Chau ma , chau pa chau hermanito hermoso de mi vida " . Intente olvidarlo no tenia que estar triste y menos que volvia a ver a mi mejor amigo , olvidé todo evité lagrimas y en eso revisando mi celular vi el mensaje de Ruggero , a lo que le respondo "Oh genial , estas llendo para el colegio me imagino , te espero alla , yo tambien te exteñe mucho y te amo más tonto dale ahí te espero ". En eso llegé tras 15 minutos , espere en eso a zack estaba muy emocionada de volvelo a ver despúes de tanto tiempo , el siempre tan impuntal faltaban 5 minutos , cuando de repente veo una sombra alta masomenos de 1.75 , pelo corto color marron y esos ojos verdes azulejos , el indudablemente , al verme apuro el paso al ver que solo faltaban 5 minutos para entrar .
Martina : Ruggero! , tanto tiempo , como llegaste?
Ruggero : Tini! , la verdad si mucho , estas cambiada , muy bien gracias por preguntar
Martina : Hey , llegaste tarde bobo , que clase tenes en los horarios ?
Ruggero : si lose fea , Frances en el aula 15 y vos?
Ruggero: También , vamos te digo donde es .
Por suerte el profesor no había llegado para ese entonces , llego 20 minutos tarde por que habían cortados calles por protestas , mejor para mi , en la clase me tocaba con Mercedes, Pablo, Facu y Ruggero los presente a ellos y se llevaron recontra bien por suerte ..
Martina: mercedes, hola , como estas? - Me saludo con un beso en la mejilla , mirando al nuevo de la clase .
Mercedes : Bien muy bien y vos linda? - Respondi el gesto
Martina : Bien gracias - Noté que lo miraba - Ah si , me olvidé de decirte , él es Ruggero mi mejor amigo
Martina: Mercedes, Ruggero, Ruggero, Mercedes.
Mercedes : Hola Ruggero , soy Mercedes Lambre , un gusto
Zack : Hola Mercedes , soy Ruggero Pasquarelli, el gusto es mio
Había mucha conexión entre ellos se notó ,desde que se conocieron
Marry Me Capitulo - 12
''Cuarenta por ciento'' – 17 Años
—Enamorarte será más fácil de lo que pensé —me dijo Jorge mientras nos sentábamos en una banca vacía que encontramos.
Hice esfuerzos sobrehumanos para no retractarme de la decisión que había tomado.
Jorge había velado por mí desde los ocho años, diez años cuidándome sin que yo me diera completamente cuenta. Podía dejar que el intentara conquistarme hasta la boda, además ya tenía cierta parte ganada, como un 30% de mi amor.
—Nunca te subestimas —le respondí. Hacía un frío horroroso que me obligaba a mantenerme cerca de él.
—No es eso. Es que el simple gesto de quedarte a mi lado me hace feliz y comienzo a creer que de verdad me quieres.
—Yo si te quiero… el problema es que no te amo —a pesar de mis palabras, no dejó de sonreír. Entrelazó nuestras manos y acarició mis dedos, se sentía culpable.
—Ya lo sé —se limitó a decir. No solté su mano, ahora que estábamos solos había menos presión, además siempre contaba con Jorge como guantes sustitutos.
—Me aburro… —murmuré.
— ¿Quieres algodón de azúcar?
Asentí y nos levantamos para ir a comprar. En todos los lugares del parque había fila, nada se salvaba. Nos colocamos detrás de un chico alto, no tan alto como Jorge pero si más flaco. Y esperamos.
— ¿Qué harás si no logro enamorarte? —me preguntó Jorge de pronto. Lo miré a los ojos y algo me decía que temía de mi respuesta. Podía ver el dolor anticipado y era insoportable. No, jamás podría hacerle daño a ojos verdes ¡Jamás!
—Presiento que lo lograrás —sonreí para darle ánimos, podía odiarlo pero era incapaz de negar a aquella parte de mi ser que lo anhelaba.
Apretó más mi mano y tiró de mí hasta hacerme chocar contra su pecho. Besó mi cabello y me abrazó. ¿Acaso quería matarme o ya había comenzado con el plan “Enamora a Tini”?
—Te amo, no lo olvides —y ahí íbamos de nuevo.
— ¡La pareja feliz, ya es su turno! —me zafé de Jorge cuando el chico flaco que estaba delante de nosotros nos gritó. Mientras comprábamos el chico no dejó de mirarnos.
— ¿Se te perdió algo? —me sorprendió escuchar el tono ácido de Jorge en su voz, parecía casi enojado.
— ¿Ella es tu novia? —le preguntó el chico sin inmutarse por la clara amenaza de Jorge.
— ¿No te lo parece? —le dijo Jorge en el mismo tono. Me estaba asustando.
—No, porque ella no dijo que te amaba, incluso parece incómoda a tu lado.
—No es tu asunto.
—Sí lo es, porque si ustedes no son novios eso significa que ella está soltera…. Y resulta que yo también lo estoy.
Después todo pasó como un relámpago. El chico comenzó a reír mientras comía algodón de azúcar, Jorge se fue contra él pero lo esquivó, el chico en lo que huía de Jorge se tropezó conmigo y yo caí al suelo. Me golpeé la cabeza y lo único que pude ver durante cinco minutos fueron puntos negros sobre el cielo gris.
— ¡Martina! —gritó Jorge. Me ayudó a ponerme de pie y afirmó mi rostro con sus manos—. ¿Estás bien? ¿Te duele algo? Espera a que atrape a ese idiota…
—Estoy bien, estoy bien —lo repetí unas cuantas veces más para convencerme de que en realidad lo estaba.
Jorge trató de perseguir al chico, pero lo detuve para que no cometiera una locura. Le dije que estaba mareada y volvimos a la banca.
—Sólo bromeaba, no seas tan dramático —le dije mientras nos sentábamos. Saqué un pedazo de mi algodón y me lo comí. Jorge se refregó la cara con las manos y se quedó así por un buen rato.
Los chicos estaban demorando, una vuelta en la montaña rusa no podía durar más de cinco minutos, pero llevábamos esperando alrededor de diez. Y en todo ese tiempo, Jorge no cambió de postura.
Aproveché que él no estaba mirando y observé su cabello castaño, ahora los tenía al natural: sin peinar y extremadamente geniales pero le tapaban sus hermosos ojos… seguían gustándome sus ojos verdes… así que tomé un mechón de su cabello y lo corrí hasta que él se dio cuenta y me miró.
— ¿Qué haces?
—Me gustan tus ojos—le dije. Acomodé las ondas que tenía sobre sus ojos y los peiné hacia el lado, de modo que quedaran como flequillo.
Volvió a sonreír y acercó su rostro al mío. Sabía lo que venía y estaba dividida entre aceptarlo o no. Entonces me dije a mi misma que si quería hacerlo feliz a costa de mis sentimientos, no quedaba más alternativa que hacerlo.
Cerré los ojos cuando me besó, no estaba en mis planes pero por un momento sentí que me desmayaría cuando su aliento se fundió con el mío. Su boca estaba tibia y se me hizo adictiva, ni siquiera me quejé cuando me sujetó de la cabeza e hizo que nuestros labios se juntaran más de lo que estaban.
Cuando nos separamos pude sentir mis mejillas encendidas. Aparté la mirada de Jorge y esperé a que una brisa helada me calmara. ¿Si nos casábamos sucedería lo mismo en la Iglesia?
—Lo siento Martina. Pero de ahora en adelante te trataré como a mi prometida, no voy a soportar que otros chicos te miren —con su mano volteó mi rostro y me beso otra vez—. Y si los demás te molestan, sólo dímelo y hablaré con ellos.
Y con eso tenía un 40%. Esperaba que el resto no le fuera tan fácil de conseguir como ese diez por ciento.
—Una simple charla con ellos no hará que dejen de bromear por el resto de sus vidas —le bufé.
—Entonces tendrás que acostumbrarte —me dijo y me volvió a besar. Me sorprendí cuando me di cuenta de que sus besos no me eran indiferentes, como deseaba que lo fueran. No rechisté ni me quejé.
—¡Oh por Dios! —nos separamos rápidamente cuando escuchamos que alguien gritó—. ¡Lo sabía, ustedes se aman!
Facu no dejó de dar saltos y de apuntarnos exclamando que él ya sabía que nosotros terminaríamos juntos. Sus gritos atrajeron la atención de la gente que nos miraba de manera desvergonzada.
—Grita un poco más, en China no te escucharon —refunfuñé cuando se calmó y se sentó junto a nosotros. Jorge pasó su brazo sobre mis hombros y me acercó a él, Facu estaba que reventaba de la emoción.
—Es que… ¿cuándo tenían planeado decirme que eran novios?
—Y prometidos —agregó Jorge. Quise matarlo cuando dijo esas palabras. Facu abrió la boca de la sorpresa y comenzó a gritar otra vez.
— ¿Por qué tanto escándalo? —Ruggero venía hacia nosotros con un globo en forma de jirafa, junto con Nicolás, Xabiani, Alba, Mercedes y Lodovica.
—Nos vamos a casar —le dijo Jorge. Tenía una sonrisa de suficiencia en el rostro y parecía que la sorpresa de Ruggero le era satisfactoria.
¿De verdad creía que entre Ruggero y yo había pasado algo? Al parecer, la broma en la escuela de verano le había afectado demasiado. Aunque ya le había dicho como mil veces que todo fue una broma.
— ¡¿Qué?! —exclamó Xabiani.
Después de explicarle diez veces a Ruggero que yo “siempre estuve enamorada de Jorge y que ya no podía soportar viviendo sin tenerlo a mi lado”, las cosas se calmaron. Al menos podía mentirles a Xabiani, Ruggero y a Facu, los demás ya sabían la verdad.
— ¿Y cuándo es la boda? —inquirió Xabiani.
—Lo más pronto posible —le respondió Jorge.
—Yo no me caso hasta cumplir los 18, así que la boda va a tener que esperar —eso era cierto. Pensaba disfrutar mis últimos meses de inmadurez con mis amigas antes que iniciar mi vida como mujer casada.
Y pensando en mi cumpleaños, recordé el día de ayer y los regalos. Katherine le había regalado condones a Jorge, él me había dicho que los guardaba para una chica especial… eso quería decir que ¿él planeaba acostarse conmigo?
Un escalofrío recorrió mi espalda cuando me di cuenta de lo que tenía frente a mis narices. La luna de miel…
Podía dejar que Jorge me besara, pero de ahí a hacerlo con él era otra cosa.
Mientras los demás conversaban sobre lo inesperada que era nuestra relación, le susurré en el oído a Jorge:
—Ojos verdes, en la luna de miel… —pero él se limitó a sonreír y besar mi cabello. No quise interpretar ese gesto y dejé que mi mente creyera que todo saldría bien.
Pero es que sólo pensar en lo que sucedería esa noche me erizaba la piel, yo no quería acostarme con Jorge, tendría que hablarlo con él cuando estuviéramos a solas. Si de verdad me amaba, respetaría mi decisión.
Xabiani propuso ir a la casa de los espejos, así que todos fuimos para formarnos en la fila. Facu se puso a hablar con Jorge, que parecía mucho más animado de lo que lo había visto antes en mi vida, Ruggero iba con ellos y parecía estar emocionado con la idea de la boda al igual que Facu. Xabiani les hablaba de la despedida de soltero que le organizaría a Jorge.
Pero los que sabían la verdad no tardaron en acorralarme y hacerme un interrogatorio completo.
—Se supone que no te querías casar —me dijo Alba. Se notaba la incertidumbre en su rostro, hace menos de una hora estaba dispuesta a todo para cancelar este compromiso y ahora iba por la vida anunciando mi boda.
—Pero es que… —intenté defenderme, pero Mercedes me interrumpió.
— ¡Necesitamos organizar de qué color irán vestidas las damas de honor para que todo combine! —exclamó.
—Martina, ¿por qué lo haces? —me preguntó Lodovica. Me quedé en silencio ignorando el parloteo de mis amigas y me pregunté realmente por qué lo hacía.
Para hacer feliz a Jorge. Porque él me amaba y yo no. Para sentirme mejor conmigo misma y creer que no era un monstruo.
Por eso, por Jorge.
Nicolás me tomó de la mano y me dio un apretón junto con una mirada tranquilizadora, él me entendía. Él sabía por qué lo hacía y también sabía que contaba con su apoyo.
—Y dime, ¿qué tienes pensado hacer antes de casarte? —me preguntó en voz baja para no distraer la apasionada conversación de las chicas sobre qué lugar era más apropiado para una boda.
—Muchas cosas —le contesté.
— ¿Y una de esas es asustar a tu futuro esposo en la casa de los espejos?
—Probablemente.
Cuando nos pusimos en la fila, pude distinguir una cabellera negra entre la multitud. Era el chico del algodón de azúcar. Y se me ocurrió una idea.
—Nicolás, ¿ves a ese chico? —apunté disimuladamente con el dedo y Nico asintió—. Hace un rato hizo enojar mucho a Jorge, ¿estás pensando lo mismo que yo?
Sus ojos se encendieron con maldad pura.
— ¡Hey, tú, ven aquí! —le gritó Nicolás al flaco. El chico nos miró y se rio al verme, caminó hasta nosotros y nos hizo una reverencia graciosa.
— ¿En qué puedo servirlos?
— ¿Quién es él? —Alba había visto la escena y lo miró con desconfianza.
—Me llamo Pablo Espinosa —respondió él con extrema cortesía. No podía aguantar las ganas de reírme, ya imaginaba la cara de Jorge cuando lo viera.
—Qué pasa… —la voz de Mercedes se apagó cuando vio a Pablo. Por un segundo creí que no respiraba.
— Mer, despierta, Mechi. ¡Mercedes! —le gritamos Nicolás y yo, y cuando ella reaccionó le sonrió y le estrechó la mano a Pablo. No nos habíamos fijado, pero él parecía estar en las mismas condiciones que Mercedes.
—Bueno, nos preguntábamos si querías entrar con nosotros a la casa de los espejos —le dije.
—Por supuesto —dijo casi en un suspiro sin apartar la mirada de Mercedes.
Jorge, Ruggero, Xabiani y Facu ya habían entrado cuando Pablo se nos unió, pero ahora que veía la manera en que se venían con Mer, preferí abortar la misión.
—Más te vale lanzarme el ramo, Martina—me susurró Mercedes cuando entramos.
Apenas pusimos un pie dentro y nos perdimos, como seguía de la mano de Nicolás él era mi única compañía.
—Parece que Mercedes ya encontró pareja para la boda —le comenté mientras veíamos nuestros reflejos alargados en un espejo distorsionado.
—Sí, y Lodovica seguro irá con Ruggero y Alba con Facu ¿y yo?
—Con Xabiani —le dije y el frunció el ceño. Me reí de él e hicimos caras raras frente a un espejo que nos deformaba.
— ¿Me dejarás bailarle a Jorge para la despedida de soltero? —inquirió de repente.
—Jamás me negaría a eso —ambos reímos y continuamos jugando. Quizás las cosas no estaban tan mal, los chicos se divertirían planeando cosas para la boda, de una u otra forma ellos estaban conmigo.
— ¿Por qué está ese chico con Mercedes? —escuchamos de pronto. Jorge caminaba hacia nosotros con los ojos desorbitados.
—Primera pelea de pareja, mejor me voy —Nicolás se fue y me dejó sola junto a varios Jorge’s de distintos tamaños y formas. No sabía de dónde venía entre los espejos, pero los supe cuando me agarró del brazo y me volteó para que lo mirara a los ojos.
— ¡Nicolás lo invitó! —le dije desesperada, estaba enojado y esa no era la reacción que imaginé.
— ¡Fue idea suya! —gritó Nicolás desde algún lugar que no pudimos ver.
—Quiero que se vaya —me dijo Jorge.
—No va a poder ser, a Mercedes le gusta, es cosa de mirarlos —le dije tratando de sonar divertida. Pero no resultó.
— ¡Bésalo y se le pasará! —volvió a gritar Nico.
— ¡No te metas, Nicolás! —le respondí.
—No quiero que se acerque a ti —reiteró Jorge. Lo miré, decía la verdad y yo sabía por experiencia propia que lo decía en serio.
—Quedó flechado por Mercedes, no creo que debas preocuparte por eso —sin embargo, no cambiaba la expresión, estaba decidido a correr a patadas si era necesario a Pablo—. Ok, hagamos algo: Él se queda, pero no le hablo.
Eso pareció convencerlo de alguna manera, aunque yo jamás cumplía mis promesas y eso él lo sabía.
Me abrazó con fuerza y me besó en la frente, de verdad debía querer mucho a Jorge para hacer todo esto por él.
— ¡Su primera pelea y reconciliación! —Facu salió de la nada junto con el resto de los chicos, incluido Pablo.
—Bueno, será mejor que tengas la charla con los chicos lo antes posible, si vuelvo a escuchar algo así de cursi te juro que pido el divorcio antes de haberme casado —le dije a Jorge y él me volvió a besar pero esta vez en los labios.
—Enamorarte será más fácil de lo que pensé —me dijo Jorge mientras nos sentábamos en una banca vacía que encontramos.
Hice esfuerzos sobrehumanos para no retractarme de la decisión que había tomado.
Jorge había velado por mí desde los ocho años, diez años cuidándome sin que yo me diera completamente cuenta. Podía dejar que el intentara conquistarme hasta la boda, además ya tenía cierta parte ganada, como un 30% de mi amor.
—Nunca te subestimas —le respondí. Hacía un frío horroroso que me obligaba a mantenerme cerca de él.
—No es eso. Es que el simple gesto de quedarte a mi lado me hace feliz y comienzo a creer que de verdad me quieres.
—Yo si te quiero… el problema es que no te amo —a pesar de mis palabras, no dejó de sonreír. Entrelazó nuestras manos y acarició mis dedos, se sentía culpable.
—Ya lo sé —se limitó a decir. No solté su mano, ahora que estábamos solos había menos presión, además siempre contaba con Jorge como guantes sustitutos.
—Me aburro… —murmuré.
— ¿Quieres algodón de azúcar?
Asentí y nos levantamos para ir a comprar. En todos los lugares del parque había fila, nada se salvaba. Nos colocamos detrás de un chico alto, no tan alto como Jorge pero si más flaco. Y esperamos.
— ¿Qué harás si no logro enamorarte? —me preguntó Jorge de pronto. Lo miré a los ojos y algo me decía que temía de mi respuesta. Podía ver el dolor anticipado y era insoportable. No, jamás podría hacerle daño a ojos verdes ¡Jamás!
—Presiento que lo lograrás —sonreí para darle ánimos, podía odiarlo pero era incapaz de negar a aquella parte de mi ser que lo anhelaba.
Apretó más mi mano y tiró de mí hasta hacerme chocar contra su pecho. Besó mi cabello y me abrazó. ¿Acaso quería matarme o ya había comenzado con el plan “Enamora a Tini”?
—Te amo, no lo olvides —y ahí íbamos de nuevo.
— ¡La pareja feliz, ya es su turno! —me zafé de Jorge cuando el chico flaco que estaba delante de nosotros nos gritó. Mientras comprábamos el chico no dejó de mirarnos.
— ¿Se te perdió algo? —me sorprendió escuchar el tono ácido de Jorge en su voz, parecía casi enojado.
— ¿Ella es tu novia? —le preguntó el chico sin inmutarse por la clara amenaza de Jorge.
— ¿No te lo parece? —le dijo Jorge en el mismo tono. Me estaba asustando.
—No, porque ella no dijo que te amaba, incluso parece incómoda a tu lado.
—No es tu asunto.
—Sí lo es, porque si ustedes no son novios eso significa que ella está soltera…. Y resulta que yo también lo estoy.
Después todo pasó como un relámpago. El chico comenzó a reír mientras comía algodón de azúcar, Jorge se fue contra él pero lo esquivó, el chico en lo que huía de Jorge se tropezó conmigo y yo caí al suelo. Me golpeé la cabeza y lo único que pude ver durante cinco minutos fueron puntos negros sobre el cielo gris.
— ¡Martina! —gritó Jorge. Me ayudó a ponerme de pie y afirmó mi rostro con sus manos—. ¿Estás bien? ¿Te duele algo? Espera a que atrape a ese idiota…
—Estoy bien, estoy bien —lo repetí unas cuantas veces más para convencerme de que en realidad lo estaba.
Jorge trató de perseguir al chico, pero lo detuve para que no cometiera una locura. Le dije que estaba mareada y volvimos a la banca.
—Sólo bromeaba, no seas tan dramático —le dije mientras nos sentábamos. Saqué un pedazo de mi algodón y me lo comí. Jorge se refregó la cara con las manos y se quedó así por un buen rato.
Los chicos estaban demorando, una vuelta en la montaña rusa no podía durar más de cinco minutos, pero llevábamos esperando alrededor de diez. Y en todo ese tiempo, Jorge no cambió de postura.
Aproveché que él no estaba mirando y observé su cabello castaño, ahora los tenía al natural: sin peinar y extremadamente geniales pero le tapaban sus hermosos ojos… seguían gustándome sus ojos verdes… así que tomé un mechón de su cabello y lo corrí hasta que él se dio cuenta y me miró.
— ¿Qué haces?
—Me gustan tus ojos—le dije. Acomodé las ondas que tenía sobre sus ojos y los peiné hacia el lado, de modo que quedaran como flequillo.
Volvió a sonreír y acercó su rostro al mío. Sabía lo que venía y estaba dividida entre aceptarlo o no. Entonces me dije a mi misma que si quería hacerlo feliz a costa de mis sentimientos, no quedaba más alternativa que hacerlo.
Cerré los ojos cuando me besó, no estaba en mis planes pero por un momento sentí que me desmayaría cuando su aliento se fundió con el mío. Su boca estaba tibia y se me hizo adictiva, ni siquiera me quejé cuando me sujetó de la cabeza e hizo que nuestros labios se juntaran más de lo que estaban.
Cuando nos separamos pude sentir mis mejillas encendidas. Aparté la mirada de Jorge y esperé a que una brisa helada me calmara. ¿Si nos casábamos sucedería lo mismo en la Iglesia?
—Lo siento Martina. Pero de ahora en adelante te trataré como a mi prometida, no voy a soportar que otros chicos te miren —con su mano volteó mi rostro y me beso otra vez—. Y si los demás te molestan, sólo dímelo y hablaré con ellos.
Y con eso tenía un 40%. Esperaba que el resto no le fuera tan fácil de conseguir como ese diez por ciento.
—Una simple charla con ellos no hará que dejen de bromear por el resto de sus vidas —le bufé.
—Entonces tendrás que acostumbrarte —me dijo y me volvió a besar. Me sorprendí cuando me di cuenta de que sus besos no me eran indiferentes, como deseaba que lo fueran. No rechisté ni me quejé.
—¡Oh por Dios! —nos separamos rápidamente cuando escuchamos que alguien gritó—. ¡Lo sabía, ustedes se aman!
Facu no dejó de dar saltos y de apuntarnos exclamando que él ya sabía que nosotros terminaríamos juntos. Sus gritos atrajeron la atención de la gente que nos miraba de manera desvergonzada.
—Grita un poco más, en China no te escucharon —refunfuñé cuando se calmó y se sentó junto a nosotros. Jorge pasó su brazo sobre mis hombros y me acercó a él, Facu estaba que reventaba de la emoción.
—Es que… ¿cuándo tenían planeado decirme que eran novios?
—Y prometidos —agregó Jorge. Quise matarlo cuando dijo esas palabras. Facu abrió la boca de la sorpresa y comenzó a gritar otra vez.
— ¿Por qué tanto escándalo? —Ruggero venía hacia nosotros con un globo en forma de jirafa, junto con Nicolás, Xabiani, Alba, Mercedes y Lodovica.
—Nos vamos a casar —le dijo Jorge. Tenía una sonrisa de suficiencia en el rostro y parecía que la sorpresa de Ruggero le era satisfactoria.
¿De verdad creía que entre Ruggero y yo había pasado algo? Al parecer, la broma en la escuela de verano le había afectado demasiado. Aunque ya le había dicho como mil veces que todo fue una broma.
— ¡¿Qué?! —exclamó Xabiani.
Después de explicarle diez veces a Ruggero que yo “siempre estuve enamorada de Jorge y que ya no podía soportar viviendo sin tenerlo a mi lado”, las cosas se calmaron. Al menos podía mentirles a Xabiani, Ruggero y a Facu, los demás ya sabían la verdad.
— ¿Y cuándo es la boda? —inquirió Xabiani.
—Lo más pronto posible —le respondió Jorge.
—Yo no me caso hasta cumplir los 18, así que la boda va a tener que esperar —eso era cierto. Pensaba disfrutar mis últimos meses de inmadurez con mis amigas antes que iniciar mi vida como mujer casada.
Y pensando en mi cumpleaños, recordé el día de ayer y los regalos. Katherine le había regalado condones a Jorge, él me había dicho que los guardaba para una chica especial… eso quería decir que ¿él planeaba acostarse conmigo?
Un escalofrío recorrió mi espalda cuando me di cuenta de lo que tenía frente a mis narices. La luna de miel…
Podía dejar que Jorge me besara, pero de ahí a hacerlo con él era otra cosa.
Mientras los demás conversaban sobre lo inesperada que era nuestra relación, le susurré en el oído a Jorge:
—Ojos verdes, en la luna de miel… —pero él se limitó a sonreír y besar mi cabello. No quise interpretar ese gesto y dejé que mi mente creyera que todo saldría bien.
Pero es que sólo pensar en lo que sucedería esa noche me erizaba la piel, yo no quería acostarme con Jorge, tendría que hablarlo con él cuando estuviéramos a solas. Si de verdad me amaba, respetaría mi decisión.
Xabiani propuso ir a la casa de los espejos, así que todos fuimos para formarnos en la fila. Facu se puso a hablar con Jorge, que parecía mucho más animado de lo que lo había visto antes en mi vida, Ruggero iba con ellos y parecía estar emocionado con la idea de la boda al igual que Facu. Xabiani les hablaba de la despedida de soltero que le organizaría a Jorge.
Pero los que sabían la verdad no tardaron en acorralarme y hacerme un interrogatorio completo.
—Se supone que no te querías casar —me dijo Alba. Se notaba la incertidumbre en su rostro, hace menos de una hora estaba dispuesta a todo para cancelar este compromiso y ahora iba por la vida anunciando mi boda.
—Pero es que… —intenté defenderme, pero Mercedes me interrumpió.
— ¡Necesitamos organizar de qué color irán vestidas las damas de honor para que todo combine! —exclamó.
—Martina, ¿por qué lo haces? —me preguntó Lodovica. Me quedé en silencio ignorando el parloteo de mis amigas y me pregunté realmente por qué lo hacía.
Para hacer feliz a Jorge. Porque él me amaba y yo no. Para sentirme mejor conmigo misma y creer que no era un monstruo.
Por eso, por Jorge.
Nicolás me tomó de la mano y me dio un apretón junto con una mirada tranquilizadora, él me entendía. Él sabía por qué lo hacía y también sabía que contaba con su apoyo.
—Y dime, ¿qué tienes pensado hacer antes de casarte? —me preguntó en voz baja para no distraer la apasionada conversación de las chicas sobre qué lugar era más apropiado para una boda.
—Muchas cosas —le contesté.
— ¿Y una de esas es asustar a tu futuro esposo en la casa de los espejos?
—Probablemente.
Cuando nos pusimos en la fila, pude distinguir una cabellera negra entre la multitud. Era el chico del algodón de azúcar. Y se me ocurrió una idea.
—Nicolás, ¿ves a ese chico? —apunté disimuladamente con el dedo y Nico asintió—. Hace un rato hizo enojar mucho a Jorge, ¿estás pensando lo mismo que yo?
Sus ojos se encendieron con maldad pura.
— ¡Hey, tú, ven aquí! —le gritó Nicolás al flaco. El chico nos miró y se rio al verme, caminó hasta nosotros y nos hizo una reverencia graciosa.
— ¿En qué puedo servirlos?
— ¿Quién es él? —Alba había visto la escena y lo miró con desconfianza.
—Me llamo Pablo Espinosa —respondió él con extrema cortesía. No podía aguantar las ganas de reírme, ya imaginaba la cara de Jorge cuando lo viera.
—Qué pasa… —la voz de Mercedes se apagó cuando vio a Pablo. Por un segundo creí que no respiraba.
— Mer, despierta, Mechi. ¡Mercedes! —le gritamos Nicolás y yo, y cuando ella reaccionó le sonrió y le estrechó la mano a Pablo. No nos habíamos fijado, pero él parecía estar en las mismas condiciones que Mercedes.
—Bueno, nos preguntábamos si querías entrar con nosotros a la casa de los espejos —le dije.
—Por supuesto —dijo casi en un suspiro sin apartar la mirada de Mercedes.
Jorge, Ruggero, Xabiani y Facu ya habían entrado cuando Pablo se nos unió, pero ahora que veía la manera en que se venían con Mer, preferí abortar la misión.
—Más te vale lanzarme el ramo, Martina—me susurró Mercedes cuando entramos.
Apenas pusimos un pie dentro y nos perdimos, como seguía de la mano de Nicolás él era mi única compañía.
—Parece que Mercedes ya encontró pareja para la boda —le comenté mientras veíamos nuestros reflejos alargados en un espejo distorsionado.
—Sí, y Lodovica seguro irá con Ruggero y Alba con Facu ¿y yo?
—Con Xabiani —le dije y el frunció el ceño. Me reí de él e hicimos caras raras frente a un espejo que nos deformaba.
— ¿Me dejarás bailarle a Jorge para la despedida de soltero? —inquirió de repente.
—Jamás me negaría a eso —ambos reímos y continuamos jugando. Quizás las cosas no estaban tan mal, los chicos se divertirían planeando cosas para la boda, de una u otra forma ellos estaban conmigo.
— ¿Por qué está ese chico con Mercedes? —escuchamos de pronto. Jorge caminaba hacia nosotros con los ojos desorbitados.
—Primera pelea de pareja, mejor me voy —Nicolás se fue y me dejó sola junto a varios Jorge’s de distintos tamaños y formas. No sabía de dónde venía entre los espejos, pero los supe cuando me agarró del brazo y me volteó para que lo mirara a los ojos.
— ¡Nicolás lo invitó! —le dije desesperada, estaba enojado y esa no era la reacción que imaginé.
— ¡Fue idea suya! —gritó Nicolás desde algún lugar que no pudimos ver.
—Quiero que se vaya —me dijo Jorge.
—No va a poder ser, a Mercedes le gusta, es cosa de mirarlos —le dije tratando de sonar divertida. Pero no resultó.
— ¡Bésalo y se le pasará! —volvió a gritar Nico.
— ¡No te metas, Nicolás! —le respondí.
—No quiero que se acerque a ti —reiteró Jorge. Lo miré, decía la verdad y yo sabía por experiencia propia que lo decía en serio.
—Quedó flechado por Mercedes, no creo que debas preocuparte por eso —sin embargo, no cambiaba la expresión, estaba decidido a correr a patadas si era necesario a Pablo—. Ok, hagamos algo: Él se queda, pero no le hablo.
Eso pareció convencerlo de alguna manera, aunque yo jamás cumplía mis promesas y eso él lo sabía.
Me abrazó con fuerza y me besó en la frente, de verdad debía querer mucho a Jorge para hacer todo esto por él.
— ¡Su primera pelea y reconciliación! —Facu salió de la nada junto con el resto de los chicos, incluido Pablo.
—Bueno, será mejor que tengas la charla con los chicos lo antes posible, si vuelvo a escuchar algo así de cursi te juro que pido el divorcio antes de haberme casado —le dije a Jorge y él me volvió a besar pero esta vez en los labios.
¿Quien Te Crees? - Capitulo - 12
Capítulo 12
Estuvimos nadando un rato, y yo me sentía como una estúpida enamorada platónica.
Él me lanzaba miradas coquetas, estabamos realmente flirteando y Julia, Fede y Nico obviamente se habían dado cuenta.
Se hicieron las 4:00am y la noche de sábado aun no acababa.
Los chicos trajeron alcohol, y más bebidas energizantes.
-Creo que debería irme a casa- objeté.
-¿Siempre eres tan aburrida?- preguntó Nico a una distancia poco considerable de mí.
Bien... ya se estaba pasando de gracioso. ¿Desde cuándo eres así Martina? Ni aunque fuera un amigo mío le permitiría que me tome de estúpida.
Aunque comprendí que así debían sentirse los demás conmigo. Yo solía ser muy sarcástica y a veces se me iba la mano... lo dejé pasar.
Bebimos un rato, y a las 5:00am los chicos se despidieron y acompañaron de vuelta a Julia a su casa.
-Bien, ahora si debo irme- le dije a Jorge mientras terminaba de juntar las latas de cerveza y las tiraba al cesto de desechos.
Él no dijo nada, sólo siguió contemplándome de la misma manera que lo había venido haciendo desde que estuvimos en la piscina.
-Ya, Horge, ¿qué diablos te sucede?- pregunté evadiendo su mirada.
Él estaba en silencio y yo comenzaba a enojarme.
-Me voy, adiós- dije furiosa, caminé hacia la puerta y me maldije al recordar que dejé mi celular sobre la mesada de la cocina.
¿Quedaría muy ridícula si volvía?
¡Al carajo! Volví a entrar por la puerta de la cocina y él me observó expectante mientras una sonrisa triunfadora se formaba en su rostro.
-¿Te olvidas algo?- dijo mientras levemente me enseñaba su mano, allí estaba, en efecto, mi celular.
-Sí, gracias- me dije acercándome pero el alejó su mano de mí- ¿qué haces?- salió de la cocina y caminó hacia su cuarto- ¿Jorge?
Lo seguí hasta la puerta de su habitación.
-¿Me puedes devolver el celular, por favor?- pregunté algo cansada.
-Aquí tienes-.
Entré al cuarto y tomé mi móvil de su mano. Él tomó mi mano mientras me acercaba a su cuerpo, tiró el móvil sobre la cama, y luego me apretó contra él.
-Martina, tu me vuelves loco, y yo te vuelvo loca, así que... ¿porqué no dejamos los rodeos?- de un solo movimiento estampó sus labios sobre los míos.
Era real, oh sí.. MUY real. Siete días enteros había fantaseado con ésto y ahora lo estaba viviendo.
Nuestras labios se movían en una sintonía hambrienta, mientras yo pasaba mis brazos alrededor de su cuello.
Él me apretó contra su pecho y pasó sus brazos por mi cintura, mientras yo agradecía a cielo por ese momento.
Me separé un poco de él para respirar, pero sus labios no abandonaron mi piel, sino que trazaron un dulce camino de besos desde mis labios hasta mi mandibula, descendiendo por mi cuello.
Suspiré de placer. ¿Sería correcto? ¿Por qué me hacía ese tipo de preguntas ahora? ¿Qué diablos me importaba si era correcto o no? Una semana de tensión sexual me nublaba los pensamientos, además de sus ardientes besos.
De pronto sentí una superficie suave debajo de mí. ¿Ya estábamos en la cama?
Estaba cegada, mi conciencia aturdida por el latido de mi corazón. Me derretía en sus brazos.
-No te imaginas cuanto deseaba ésto- susurró con voz aterciopelada y mis defensas y autocontrol se fueron a tomar aire, metafóricamente.
Mordí su labio, mientras continuaba besándolo, no quería que dijera nada. El momento era irónicamente perfecto.
"¿Cómo puedes acostarte con un tipo qué conoces hace una semana?" me regañaba a mí misma.
Enredé mis piernas alrededor de su cintura, no podíamos estar más pegados de lo que estábamos, pero aun así yo necesitaba más.
No era suficiente.
-Martina... ¿eres virgen?- preguntó mientras tomaba aire.
Bien, ¿qué se supone que debía decirle? Opté por la verdad.
-Sí- susurré.
-No quiero lastimarte- lo miré a los ojos y le sonreí.
-No me lastimarás-.
-Yo... no soy muy tranquilo que digamos- hizo comillas con los dedos cuando decía "tranquilo".
-¿Cómo que tranquilo?- pregunté confundida y al instante solté una risa nerviosa- oh, entiendo...- intentaba contener la risa.
-¡No te rías!- dijo divertido mientras besuqueaba todo mi cuello de nuevo y me mordía.
Se me escapó un gemido ahogado.
-Así que... eres un salvaje- dije luego de un momento, y me sorprendí al notar un gran ápice de sensualidad en mi voz.
Él me sonrió pícaramente mientras volvía a acercarse.
-Depende como tu me quieras- susurró.
Me reí. ¿Cómo podíamos estar teniendo ésta conversación cuando un minuto atrás estabamos casi por devorarnos?
Su expresión caliente se desvaneció un poco.
-Martina... ¿crees que sea adecuado? Bueno, es tu primera vez, no quiero que te arrepientas de nada-.
-No me arrepentiré de nada- dije firme.
-¿Segura?-.
-Sí- sonreí.
Estuvimos nadando un rato, y yo me sentía como una estúpida enamorada platónica.
Él me lanzaba miradas coquetas, estabamos realmente flirteando y Julia, Fede y Nico obviamente se habían dado cuenta.
Se hicieron las 4:00am y la noche de sábado aun no acababa.
Los chicos trajeron alcohol, y más bebidas energizantes.
-Creo que debería irme a casa- objeté.
-¿Siempre eres tan aburrida?- preguntó Nico a una distancia poco considerable de mí.
Bien... ya se estaba pasando de gracioso. ¿Desde cuándo eres así Martina? Ni aunque fuera un amigo mío le permitiría que me tome de estúpida.
Aunque comprendí que así debían sentirse los demás conmigo. Yo solía ser muy sarcástica y a veces se me iba la mano... lo dejé pasar.
Bebimos un rato, y a las 5:00am los chicos se despidieron y acompañaron de vuelta a Julia a su casa.
-Bien, ahora si debo irme- le dije a Jorge mientras terminaba de juntar las latas de cerveza y las tiraba al cesto de desechos.
Él no dijo nada, sólo siguió contemplándome de la misma manera que lo había venido haciendo desde que estuvimos en la piscina.
-Ya, Horge, ¿qué diablos te sucede?- pregunté evadiendo su mirada.
Él estaba en silencio y yo comenzaba a enojarme.
-Me voy, adiós- dije furiosa, caminé hacia la puerta y me maldije al recordar que dejé mi celular sobre la mesada de la cocina.
¿Quedaría muy ridícula si volvía?
¡Al carajo! Volví a entrar por la puerta de la cocina y él me observó expectante mientras una sonrisa triunfadora se formaba en su rostro.
-¿Te olvidas algo?- dijo mientras levemente me enseñaba su mano, allí estaba, en efecto, mi celular.
-Sí, gracias- me dije acercándome pero el alejó su mano de mí- ¿qué haces?- salió de la cocina y caminó hacia su cuarto- ¿Jorge?
Lo seguí hasta la puerta de su habitación.
-¿Me puedes devolver el celular, por favor?- pregunté algo cansada.
-Aquí tienes-.
Entré al cuarto y tomé mi móvil de su mano. Él tomó mi mano mientras me acercaba a su cuerpo, tiró el móvil sobre la cama, y luego me apretó contra él.
-Martina, tu me vuelves loco, y yo te vuelvo loca, así que... ¿porqué no dejamos los rodeos?- de un solo movimiento estampó sus labios sobre los míos.
Era real, oh sí.. MUY real. Siete días enteros había fantaseado con ésto y ahora lo estaba viviendo.
Nuestras labios se movían en una sintonía hambrienta, mientras yo pasaba mis brazos alrededor de su cuello.
Él me apretó contra su pecho y pasó sus brazos por mi cintura, mientras yo agradecía a cielo por ese momento.
Me separé un poco de él para respirar, pero sus labios no abandonaron mi piel, sino que trazaron un dulce camino de besos desde mis labios hasta mi mandibula, descendiendo por mi cuello.
Suspiré de placer. ¿Sería correcto? ¿Por qué me hacía ese tipo de preguntas ahora? ¿Qué diablos me importaba si era correcto o no? Una semana de tensión sexual me nublaba los pensamientos, además de sus ardientes besos.
De pronto sentí una superficie suave debajo de mí. ¿Ya estábamos en la cama?
Estaba cegada, mi conciencia aturdida por el latido de mi corazón. Me derretía en sus brazos.
-No te imaginas cuanto deseaba ésto- susurró con voz aterciopelada y mis defensas y autocontrol se fueron a tomar aire, metafóricamente.
Mordí su labio, mientras continuaba besándolo, no quería que dijera nada. El momento era irónicamente perfecto.
"¿Cómo puedes acostarte con un tipo qué conoces hace una semana?" me regañaba a mí misma.
Enredé mis piernas alrededor de su cintura, no podíamos estar más pegados de lo que estábamos, pero aun así yo necesitaba más.
No era suficiente.
-Martina... ¿eres virgen?- preguntó mientras tomaba aire.
Bien, ¿qué se supone que debía decirle? Opté por la verdad.
-Sí- susurré.
-No quiero lastimarte- lo miré a los ojos y le sonreí.
-No me lastimarás-.
-Yo... no soy muy tranquilo que digamos- hizo comillas con los dedos cuando decía "tranquilo".
-¿Cómo que tranquilo?- pregunté confundida y al instante solté una risa nerviosa- oh, entiendo...- intentaba contener la risa.
-¡No te rías!- dijo divertido mientras besuqueaba todo mi cuello de nuevo y me mordía.
Se me escapó un gemido ahogado.
-Así que... eres un salvaje- dije luego de un momento, y me sorprendí al notar un gran ápice de sensualidad en mi voz.
Él me sonrió pícaramente mientras volvía a acercarse.
-Depende como tu me quieras- susurró.
Me reí. ¿Cómo podíamos estar teniendo ésta conversación cuando un minuto atrás estabamos casi por devorarnos?
Su expresión caliente se desvaneció un poco.
-Martina... ¿crees que sea adecuado? Bueno, es tu primera vez, no quiero que te arrepientas de nada-.
-No me arrepentiré de nada- dije firme.
-¿Segura?-.
-Sí- sonreí.
Through Truth Capitulo - 12
Jorge
salió de su casa para despejarse un rato, su hermano estaba con la nana
asi que el iria a caminar, aun no se le quitaba lo molesto… Martina se
habia pasado… no lo superaba! Camino por las calles intentando lo pensar
en ella cuando de repente vio en una banca de un parque a la mama de
Martina sentada y precia extremadamente triste, mirando a todas las
familias, el no sabia que hacer, pero opto por acercarse a ella…
-hola Jo.- la saludo y la señora levanto la mirada y le dedico una triste sonrisa
-hola Jorge, que haces por aquí?- pregunto amablemente y realmente parecia destrozada…
- Sali a despejar mi mente… y usted?- pregunto
-yo…- sus ojos se llenaron de lagrimas y Jorge no sabia como reaccionar… que se hace cuando la madre de la chica que mas aborrece esta llorando.- crees que soy muy mala madre?
-no, no lo creo…- respondió el con sinceridad. Para el solo una una mujer que habia sido dañada por un hombre…
-mi hija si…- dijo suspirando. Asi que estaba asi debido a su hija…- quieres sentarte?- le prgeunto y el asintió y se sento a su lado
-no creo que su hija realmente lo crea… ella dice cosas sin pensar.- respondió seguro y la señora negó con la cabeza
-ella me dijo que solo me impotaba lo superficial, la belleza y mi trabajo y que mis hijos salian sobrando… y que ella jamas seria igual que yo.- dijo con lagrimas e los ojos y Jorge quien habia perdido a su madre solo pudo sentir coraje hacia Martina porque ella que tenia la suerte de tenerla no la valoraba.
- ella esta mal… muy mal.- dijo Jorge
-no, es cierto… desde que mi marido me engaño… me volvi como soy ahora, una persona superficial, me dolio mucho saber que mientras yo pensaba que el me amaba tan cual era, el tenia a otra y que tenia hijos y todo… una familia, desde el momento en que mis hijos nacieron el ya no me amaba y jamas me di cuenta… asi que cuando me dejo me sentía tan poca cosa… que me obsecione con la belleza para que se arrepintiera por haberme perdido… y quize que mi hija fuera igual, siempre bella y arreglada para que todo hombre se diera cuenta de lo mucho que perdería si la lastimaban… todo lo que hago lo hago para que jamas la lastimen como hicieron conmigo.- le conto al chico dejándolo completamente confundido, Joanne era muy buena madre… demasiado, todo lo habia hecho por el bien de su hija solo que Martina no lo comprendía
-quiza debería hablar con ella… explicarle la verdadera razón de el porque quiere que ella sea siempre tan arreglada y muestre su belleza…- aconsejo Jorge
-no… porque ella no quiere que las personas se fijen en su belleza… ella piensa que todo el mundo es falso con ella y solo la buscan porque es hermosa… mi hija es una persona sencilla, sentimental y tierna pero que no confía en nadie… tal como yo era antes y me lastimaron, ella lo sabe y no quiere pasar por lo mismo que yo asi que por eso es tan reservada.- dijo la señora sorprendiendo por completo a Jorge… el siempre pensó que Martina lo único que quería era tener toda la atención en ella…
-no debe culparse… lo que debe hacer es hablar con su hija… explicarle todo y dedicarles mas tiempo… yo no creo que una mujer necesite ser hermosa para que alguien la quiera… quiza usted asi lo piensa por lo que paso con su esposo, pero en realidad fue el quien perdió algo, perdió a su familia…
-y me hizo una mujer insegura que se tiene que refugiar en su belleza y quiere obligar a su hija a que sea igual…
- usted no quiere que lastimen a su hija… es su madre es obvio que no quiera que le hagan daño…- dijo Jorge la señora l sonrio
- eres realmente una muy buena persona… espero que algún dia llegues a llevarte bien con mi hija… y por cierto, gracias por defenderla hoy.- dijo Jo con una gran sonrisa que el chico le devolvió, aunque se pregunto como sabia ella que el y su hija se detestaban. Seguro Martina se lo dijo
- no lo creo… pero tenga por seguro que aunque jamas me lleve bien con ella, jamas dejare que nadie la lastime.- prometió Jorge y no sabia si lo hacia por Jo o porque el no soportaría que alguien lastimara a Martina
- gracias Jorge, en verdad gracias… contare contigo para protegerla…- dijo la señora sonriéndole- tu mama ha formado un verdadero hombre
-gracias… ella era increíble…
-era?- pregunto confundida
-fallecio…- respondió el pareciendo realmente triste
-oh pequeño… lo siento… debe ser muy duro, sabes algo? siempre que necesites un consejo materno, un abrazo materno o cualquier cosa puedes contar conmigo.- le dijo ella y el le sonrio ampliamente
-gracias Jo, muchas gracias enserio.- respondió
-por nada cariño, es lo menos que puedo hacer por ti… y necesito un favor mas… promete que no le diras nada a mi hija sobre esta conversación- el asintió y se lo prometió. Guardaría ese secreto, pero ayudaría a que Jo recuperara el cariño de su hija.
Cuando se hizo la hora para ir a detención, Marttina y jorge llegaron al mismo tiempo, no se dedicaron ni una mirada, Jorge estaba molesto con Martina por lo que habia pasado y el saber como trataba a su madre lo habia hecho molestarse aun mas con ella. Entraron al aula de detención y poco después llego Tom, ni siquiera se dedicaron una mirada, cada quien fue a lo suyo, fueron a ponerles unas actividades y luego los dejaron solos a los , Jorge se quedo mirando a Martina por un momento, pensando en lo que Jo se habia dicho sobre ella… que era sencilla, tierna… lo considero por un momento y quiza Jo tenia razón, Martina era muy sencilla y claro que era tierna, siempre era tierna con su hermano y su nana… solo con el sacaba todos sus defectos… solo el los notaba pero eso no le quitaba todas sus cualidades… era una chica realmente talentosa.
Martina miro a Jorge al sentir su mirada y el le sonrio, ella solo pudo pensar que el era el hombre mas fastidioso y bipolar del mundo…
-que me ves? Vuelve a tus cosas.- dijo ella y el torcio los ojos. Podia ser tierna, sencilla, divertida, talentosa y miles de cosas mas pero eso no le quitaba lo exasperante…
Ella termino rápidamente y entrego su actividad, Jorge habia estado tanto tiempo mirándola y solo concentrándose en ella que ni siquiera habia comenzado, Martina se sento esperando que pudiera irse y mientras tanto Jorge se puso a responder todas las cosas, Tom era un idiota asi que no sabia nada… cuando temrino entrego sus cosas y descubrió a Martina mirándolo y le sonrio pero ella hizo una mueca de desagrado y rodo sus ojos, pff…
Martina quería irse ya! No soportaba tener que estar con Jorge ahí… no cuando estaba tan molesta con el… demasiado molesta! Y tambien tenia que aceptar que estaba del peor humor posible debido a su discusión con su mama, de quien por cierto no sabia nada aun, lo habia pensado bien y ya no le pediría disculpas, sera mejor que sepa la verdad…
Cuando al fin pudieron irse ella se levanto de su lugar e iba a salir cuando se encontró con Jorge a su lado…
-hola Jo.- la saludo y la señora levanto la mirada y le dedico una triste sonrisa
-hola Jorge, que haces por aquí?- pregunto amablemente y realmente parecia destrozada…
- Sali a despejar mi mente… y usted?- pregunto
-yo…- sus ojos se llenaron de lagrimas y Jorge no sabia como reaccionar… que se hace cuando la madre de la chica que mas aborrece esta llorando.- crees que soy muy mala madre?
-no, no lo creo…- respondió el con sinceridad. Para el solo una una mujer que habia sido dañada por un hombre…
-mi hija si…- dijo suspirando. Asi que estaba asi debido a su hija…- quieres sentarte?- le prgeunto y el asintió y se sento a su lado
-no creo que su hija realmente lo crea… ella dice cosas sin pensar.- respondió seguro y la señora negó con la cabeza
-ella me dijo que solo me impotaba lo superficial, la belleza y mi trabajo y que mis hijos salian sobrando… y que ella jamas seria igual que yo.- dijo con lagrimas e los ojos y Jorge quien habia perdido a su madre solo pudo sentir coraje hacia Martina porque ella que tenia la suerte de tenerla no la valoraba.
- ella esta mal… muy mal.- dijo Jorge
-no, es cierto… desde que mi marido me engaño… me volvi como soy ahora, una persona superficial, me dolio mucho saber que mientras yo pensaba que el me amaba tan cual era, el tenia a otra y que tenia hijos y todo… una familia, desde el momento en que mis hijos nacieron el ya no me amaba y jamas me di cuenta… asi que cuando me dejo me sentía tan poca cosa… que me obsecione con la belleza para que se arrepintiera por haberme perdido… y quize que mi hija fuera igual, siempre bella y arreglada para que todo hombre se diera cuenta de lo mucho que perdería si la lastimaban… todo lo que hago lo hago para que jamas la lastimen como hicieron conmigo.- le conto al chico dejándolo completamente confundido, Joanne era muy buena madre… demasiado, todo lo habia hecho por el bien de su hija solo que Martina no lo comprendía
-quiza debería hablar con ella… explicarle la verdadera razón de el porque quiere que ella sea siempre tan arreglada y muestre su belleza…- aconsejo Jorge
-no… porque ella no quiere que las personas se fijen en su belleza… ella piensa que todo el mundo es falso con ella y solo la buscan porque es hermosa… mi hija es una persona sencilla, sentimental y tierna pero que no confía en nadie… tal como yo era antes y me lastimaron, ella lo sabe y no quiere pasar por lo mismo que yo asi que por eso es tan reservada.- dijo la señora sorprendiendo por completo a Jorge… el siempre pensó que Martina lo único que quería era tener toda la atención en ella…
-no debe culparse… lo que debe hacer es hablar con su hija… explicarle todo y dedicarles mas tiempo… yo no creo que una mujer necesite ser hermosa para que alguien la quiera… quiza usted asi lo piensa por lo que paso con su esposo, pero en realidad fue el quien perdió algo, perdió a su familia…
-y me hizo una mujer insegura que se tiene que refugiar en su belleza y quiere obligar a su hija a que sea igual…
- usted no quiere que lastimen a su hija… es su madre es obvio que no quiera que le hagan daño…- dijo Jorge la señora l sonrio
- eres realmente una muy buena persona… espero que algún dia llegues a llevarte bien con mi hija… y por cierto, gracias por defenderla hoy.- dijo Jo con una gran sonrisa que el chico le devolvió, aunque se pregunto como sabia ella que el y su hija se detestaban. Seguro Martina se lo dijo
- no lo creo… pero tenga por seguro que aunque jamas me lleve bien con ella, jamas dejare que nadie la lastime.- prometió Jorge y no sabia si lo hacia por Jo o porque el no soportaría que alguien lastimara a Martina
- gracias Jorge, en verdad gracias… contare contigo para protegerla…- dijo la señora sonriéndole- tu mama ha formado un verdadero hombre
-gracias… ella era increíble…
-era?- pregunto confundida
-fallecio…- respondió el pareciendo realmente triste
-oh pequeño… lo siento… debe ser muy duro, sabes algo? siempre que necesites un consejo materno, un abrazo materno o cualquier cosa puedes contar conmigo.- le dijo ella y el le sonrio ampliamente
-gracias Jo, muchas gracias enserio.- respondió
-por nada cariño, es lo menos que puedo hacer por ti… y necesito un favor mas… promete que no le diras nada a mi hija sobre esta conversación- el asintió y se lo prometió. Guardaría ese secreto, pero ayudaría a que Jo recuperara el cariño de su hija.
Cuando se hizo la hora para ir a detención, Marttina y jorge llegaron al mismo tiempo, no se dedicaron ni una mirada, Jorge estaba molesto con Martina por lo que habia pasado y el saber como trataba a su madre lo habia hecho molestarse aun mas con ella. Entraron al aula de detención y poco después llego Tom, ni siquiera se dedicaron una mirada, cada quien fue a lo suyo, fueron a ponerles unas actividades y luego los dejaron solos a los , Jorge se quedo mirando a Martina por un momento, pensando en lo que Jo se habia dicho sobre ella… que era sencilla, tierna… lo considero por un momento y quiza Jo tenia razón, Martina era muy sencilla y claro que era tierna, siempre era tierna con su hermano y su nana… solo con el sacaba todos sus defectos… solo el los notaba pero eso no le quitaba todas sus cualidades… era una chica realmente talentosa.
Martina miro a Jorge al sentir su mirada y el le sonrio, ella solo pudo pensar que el era el hombre mas fastidioso y bipolar del mundo…
-que me ves? Vuelve a tus cosas.- dijo ella y el torcio los ojos. Podia ser tierna, sencilla, divertida, talentosa y miles de cosas mas pero eso no le quitaba lo exasperante…
Ella termino rápidamente y entrego su actividad, Jorge habia estado tanto tiempo mirándola y solo concentrándose en ella que ni siquiera habia comenzado, Martina se sento esperando que pudiera irse y mientras tanto Jorge se puso a responder todas las cosas, Tom era un idiota asi que no sabia nada… cuando temrino entrego sus cosas y descubrió a Martina mirándolo y le sonrio pero ella hizo una mueca de desagrado y rodo sus ojos, pff…
Martina quería irse ya! No soportaba tener que estar con Jorge ahí… no cuando estaba tan molesta con el… demasiado molesta! Y tambien tenia que aceptar que estaba del peor humor posible debido a su discusión con su mama, de quien por cierto no sabia nada aun, lo habia pensado bien y ya no le pediría disculpas, sera mejor que sepa la verdad…
Cuando al fin pudieron irse ella se levanto de su lugar e iba a salir cuando se encontró con Jorge a su lado…
#RepasoDeNovleasYSeries#
Isa TKM
ISA TKM: Isa Pasquali es una chica con un gran talento para el canto y muy optimista. Está enamorada de Alex Ruiz, y su mejor amiga es Linda Luna. Tiene una rival que es Cristina Ricalde, la chica más rica y popular de la escuela, que hará lo imposible porque todos los sueños de la protagonista se desaparezcan. A lo largo de la historia se descubre el gran talento de Isa, el amor de Alex hacia ella y que es adoptada. Este último es descubierto en mal momento, ya que se descubre cuando se encuentra en la cima de la fama.
#RepasoDeArtistas#
Vanessa Hudgens
Hudgens nació en la ciudad de Salinas, y vivió en toda la costa oeste - desde Oregon al sur de California - con sus padres, Gina, quién tuvo éxito con sus trabajos de oficina, y Gregory Hudgens, un bombero. Fue criada siendo católica4 y tiene una hermana menor, Stella Hudgens, quién también es actriz. Hudgens es de origen cultural mixto,5 su padre tiene ascendencia irlandesa e indígena, y su madre, nativa de Manila, tiene ascendencia filipina, además de (peruana latina) por parte de su madre, abuela de Vanessa 6 y española.7 8 Todos los abuelos de Hudgens fueron músicos.
A partir de la edad de 8 años, Hudgens se presentó en un teatro musical como cantante, y apareció en producciones locales de Carousel, The Wizard of Oz", The King and I, "The Music Man", y "Cinderella", junto con otros.9 Dos años después de su carrera en escenarios y musicales, comenzó a audicionar para comerciales y shows de televisión, y su familia se mudó a Los Ángeles después de que ganara un papel en un comercial de televisión.10 11 Su carrera como actriz comenzó a la edad de los 15 años, y asistió brevemente al Condado de Orange High School de Arte, seguido de educarse en su hogar con tutores.12 13
#RepasoDePeliculas#
La profecía
El hijo de Katherine (Lee Remick) y Robert Thorn (Gregory Peck) muere en Roma poco tiempo después de haber nacido. Robert es convencido por el padre Spiletto (Martin Benson) de sustituir a su hijo fallecido por un huérfano cuya madre murió al dar a luz, sin decirle nada a Katherine. Los padres nombran a su nuevo hijo Damien (Harvey Stephens). Tiempo después, Robert es nombrado embajador de los Estados Unidos en Gran Bretaña.
Mientras la familia vive en Inglaterra son testigos de varios eventos misteriosos. La niñera de Damien es visitada por un perro negro y tras esto se suicida ahorcándose en su quinto cumpleaños, dedicándolo como un regalo al niño. Tras esto es contratada una nueva niñera, la Sra. Baylock (Billie Whitelaw), quien llega con un perro (el mismo que viera la joven antes de morir). El padre Brennan (Patrick Troughton), quien conoce el origen de Damien, le dice a Robert que su esposa está embarazada advirtiéndole que Damien intentará matar a su hermano. Sin embargo no es tomado en serio por Robert. Posteriormente el sacerdote huye y muere al ser atravesado por un pararrayos. Katherine le informa a Robert que está embarazada, pero sufre un aborto espontáneo tras caer desde un balcón por culpa de Damien.
Tras la muerte del padre Brennan, el fotógrafo Keith Jennings (David Warner), quien estuvo presente en el cumpleaños, comienza a investigar a Damien cuando descubre unas marcas en las fotografías de las personas fallecidas recientemente. Las marcas asemejan la forma en que cada uno murió, una marca en el cuello de la niñera y otra atravesando el cuerpo del sacerdote. Para su incomodidad, descubre que cuando se fotografía a sí mismo aparece con una marca similar en su cuello, por lo que se pone en contacto con Robert. Keith se dedica a investigar en base a lo que dijo Brennan antes de morir y descubre una profecía sobre el nacimiento del anticristo, la cual se puede interpretar como que será el hijo de un dignatario poderoso, como Robert y que crecerá para convertirse en un líder mundial de gran influencia.
Robert se muestra incrédulo ante semejante tesis, pero decide investigar el origen de su hijo y junto a Keith viaja para recoger antecedentes del nacimiento de Damien. Ambos llegan al hospital de Roma donde nació, pero descubren que los archivos de maternidad y guardería fueron destruidos en un incendio. Robert y Keith visitan al padre Spiletto tras enterarse que ahora vive en un monasterio, este se encuentra mudo y con la mitad de su cuerpo quemado ya que sobrevivió al incendio; aún así logra darse a entender y revela el lugar donde fueron enterrados la madre de Damien y el hijo de Robert por lo que ambos hombres viajan al cementerio. Al exhumar la tumba del niño descubren los huesos de su legitimo hijo con señales de haber sido asesinado intencionalmente y en la tumba de la madre descubren el esqueleto de un chacal hembra. Las pistas reunidas los llevan a creer que Damien es el Anticristo.
Mientras Robert está de viaje, Katherine se recupera en el hospital de sus heridas. Sin embargo, muere arrojada desde una ventana cayendo sobre una ambulancia por mano de la Sra. Baylock, quien en realidad siempre ha sido una seguidora del demonio enviada a proteger al niño. Robert viaja con Keith a Israel para hablar con Bugenhagen, un arqueólogo que sabe cómo detener al Anticristo. Bugenhagen les informa que Damien será el Anticristo si tiene una marca de nacimiento que se asemeja a tres seis. Posteriormente Robert descubre que la única forma de matar a Damien es llevarlo a tierra consagrada y apuñalarlo con las siete dagas de Megido. A pesar de todo rehúsa asesinarlo ya que va contra su naturaleza matar a un niño y no es capaz de condenarlo por actos que no lleva a cabo todavía, por lo que se deshace de las dagas. Esto provoca una discusión con Keith quien decide recogerlas y ser quien asesine a Damien antes que también lo mate a él. Sin embargo, mientras las recupera, una lámina de vidrio cae desde un camión y lo decapita.
Horrorizado por las muertes de Keith y Katherine, Robert recupera las dagas y viaja a Inglaterra decidido a salir de dudas antes de tomar una decisión, por ello revisa la cabeza de Damien y descubre bajo su cabello la marca de la bestia. La Sra. Baylock intenta matar a Robert, pero éste la apuñala en el cuello con un tenedor. Robert abandona su casa con Damien para matarlo en tierra santa, mientras es perseguido por un grupo de seguridad. Cuando está a punto de asesinar a Damien en una iglesia, Robert recibe un disparo y muere. Tras esto, Damien es puesto bajo el cuidado del presidente de Estados Unidos, quien era amigo de Robert. Mientras está en el funeral de Robert y Katherine, Damien mira a la cámara y sonríe.
Wonder Worl Capitulo - 11
Cap 11
Paso otro día , el fuck despertador sono , estaba vez era trouble de colplay , Rutina ahora despertarme a las 6 bañarme , cepillarme el pelo, los dientes, cambiarme desayunar y irme caminando al colegio ya que quedaba tan solo unas pocas cuadras de mi departamento ,El día paso bastante rápido , habia estado casi todo el día con Mercedes y los chicos , la paso bastante bien con ellos ya pasaron 2 día de ir a la universidad , pero en verdad parecen amigos fieles . En fin hoy tuve 2 horas interminables en matematicas , 2 en plastica y otras 2 en talleres escolares , en talleres hago baile mi pasión bailar por lo cual yo vine hasta aca londres , para ser una gran bailarina o a eso yo aspiraba , y adivinen con quien voy a baile , Se acuerdan la rubia taxi la del avión , si con ella , nose si ella se acordaba de mi pero que más da mejor para mi .Viene la profesora
- Buenos días chicas - dijo con cara seria , pero se veia que no era tan mala como su cara .
Buenos días - Dijimos todas .
-Bueno hoy empezaremos escuchando varias canciónes para elejir cual usar para el fin de año- pasaron varias canciónes como:
Give Your Heart a Break - Demi lovato
You Belong With Me - Taylor swift
Drunk - Ed sheraan
As Long You Love Me - Justin bieber
Whit ur love - Cher lloyd
When look at you - Miley cyrus
Viva la vida - Coldplay
Personalmente me encantaba , give you haer a breack y la letra la amaba , hubo votación y la primera fue demi , genial para mi , se habia pasado toda la hora esuchando todas la canciones y analizandolas . Tan rápido -Pensé
Y tenia que llamar a mi mejor amigo de alla de donde vengo, se llama Ruggerro el es de italia y lo conoci en un intercambio.
[Marcando número]
- Ruggeroo!! - Dije casí gritando
- Hermosa , llegaste ? como estas? - Con Ruggero siempre me habla así o yo le digo feo ,hermoso. ya nos tenemos muca confianza ya nos conocemos desde hace 10 años . Ya tenemos 19 los dos
- Si llege ayer a la madrugada , bien por suerte y vos feo? - dije en tono de burla
- Bien aca con una gran sorpresa - Dijo muy animado él
- Oh , dime ya , que paso?- Dije ya si gritando
- VOY PARA LONDRES! Mi vuelo sale en 2 horas y iremos a la misma universidad -
Con Ruggero no nos veiamos hace 2 años , desafortunadamente .
- Ruggeroooo!! eso es genial , Llamame cuando estes en el aeropuerto -Dije yo muy entusiasta .
- Jajaja , si te llamare ni bien llege , creo que estas más emocionada vos que yo - Dijo Ruggero
- Y como para no estar despúes de 2 años vuelvo a ver feo - Dije
- Bueno pequesuela , voy a ir hacia el aeropueto en algunas horas vuelvo - Dijo él
[fin llamada]
Paso otro día , el fuck despertador sono , estaba vez era trouble de colplay , Rutina ahora despertarme a las 6 bañarme , cepillarme el pelo, los dientes, cambiarme desayunar y irme caminando al colegio ya que quedaba tan solo unas pocas cuadras de mi departamento ,El día paso bastante rápido , habia estado casi todo el día con Mercedes y los chicos , la paso bastante bien con ellos ya pasaron 2 día de ir a la universidad , pero en verdad parecen amigos fieles . En fin hoy tuve 2 horas interminables en matematicas , 2 en plastica y otras 2 en talleres escolares , en talleres hago baile mi pasión bailar por lo cual yo vine hasta aca londres , para ser una gran bailarina o a eso yo aspiraba , y adivinen con quien voy a baile , Se acuerdan la rubia taxi la del avión , si con ella , nose si ella se acordaba de mi pero que más da mejor para mi .Viene la profesora
- Buenos días chicas - dijo con cara seria , pero se veia que no era tan mala como su cara .
Buenos días - Dijimos todas .
-Bueno hoy empezaremos escuchando varias canciónes para elejir cual usar para el fin de año- pasaron varias canciónes como:
Give Your Heart a Break - Demi lovato
You Belong With Me - Taylor swift
Drunk - Ed sheraan
As Long You Love Me - Justin bieber
Whit ur love - Cher lloyd
When look at you - Miley cyrus
Viva la vida - Coldplay
Personalmente me encantaba , give you haer a breack y la letra la amaba , hubo votación y la primera fue demi , genial para mi , se habia pasado toda la hora esuchando todas la canciones y analizandolas . Tan rápido -Pensé
Y tenia que llamar a mi mejor amigo de alla de donde vengo, se llama Ruggerro el es de italia y lo conoci en un intercambio.
[Marcando número]
- Ruggeroo!! - Dije casí gritando
- Hermosa , llegaste ? como estas? - Con Ruggero siempre me habla así o yo le digo feo ,hermoso. ya nos tenemos muca confianza ya nos conocemos desde hace 10 años . Ya tenemos 19 los dos
- Si llege ayer a la madrugada , bien por suerte y vos feo? - dije en tono de burla
- Bien aca con una gran sorpresa - Dijo muy animado él
- Oh , dime ya , que paso?- Dije ya si gritando
- VOY PARA LONDRES! Mi vuelo sale en 2 horas y iremos a la misma universidad -
Con Ruggero no nos veiamos hace 2 años , desafortunadamente .
- Ruggeroooo!! eso es genial , Llamame cuando estes en el aeropuerto -Dije yo muy entusiasta .
- Jajaja , si te llamare ni bien llege , creo que estas más emocionada vos que yo - Dijo Ruggero
- Y como para no estar despúes de 2 años vuelvo a ver feo - Dije
- Bueno pequesuela , voy a ir hacia el aeropueto en algunas horas vuelvo - Dijo él
[fin llamada]
Marry Me Capitulo - 11
''La decisión'' – 17 Años
—Tini, despierta —abrí los ojos con lentitud, como si la poca la luz que había en mi habitación me hiciera daño. Holly estaba a mi lado apartando algunos mechones de cabello de mi rostro, se veía preocupada. Recordé la emoción con la que me despertó ayer y de inmediato sentí una punzada en mi pecho.
Ahora estaba comprometida.
Aún no me colocaba el anillo de compromiso, pero podía sentir un peso de más en el dedo en el que estaría. Me senté y le dediqué una mirada tranquilizadora a Holly, ella no debía saber sobre esto, tenía que creer que me casaría con Jorge por amor.
— ¿Qué pasa, enana? —le pregunté sonriendo. Esto me estaba destrozando.
—Son las dos de la tarde… —me dijo, mordiéndose el labio.
Había olvidado que hoy saldría con los demás al parque de diversiones. Me puse de pie y me di cuenta de que Holly ya estaba vestida. Me dejó a solas para que pudiera cambiarme, aunque su presencia no me molestaba ni me avergonzaba.
Cuando acabé de abrocharme el último botón de mi abrigo, miré con odio la cajita donde dormía el anillo. Estaba sobre mi escritorio y parecía estar iluminado por el cielo. La abrí y sin pensarlo dos veces para no arrepentirme, me coloqué el anillo. Lo contemplé unos minutos hasta que Holly tocó la puerta para avisarme que mis amigos me esperaban abajo listos para irse.
Mis amigos. ¿Cómo reaccionarán ante la noticia? ¿Qué pensarían de Jorge si conocieran la verdad?
Comencé a sentir lástima de mi misma, me había rendido ante el matrimonio incluso antes de luchar. ¿Tan débil me consideraba Jorge?
Una nueva oleada de ira me arrancó un gruñido de la garganta.
No. No le haría las cosas tan fáciles. Si quería casarse conmigo no opondría resistencia, pero no por eso me convertiría en la esposa perfecta.
—Ya voy —le grité a Holly.
Me arreglé lo más que pude y peiné mi cabello hasta que quedó completamente liso. Era desagradable ver mi reflejo en el espejo y no reconocerme, pero si Jorge deseaba guerra, eso obtendría.
— ¡Ya estoy aquí! —exclamé con falsa alegría cuando bajé las escaleras. Mer y Lodo me abrazaron al mismo tiempo para saludarme y me regañaron por quedarme dormida.
—Eres una holgazana —me dijo Mercedes. Las tres reímos y entonces, los vi.
Salían de la cocina, cada uno con un trozo del pastel de cumpleaños de anoche en las manos. Nicolás tenía la mitad del rostro cubierto de chocolate e intentaba manchar a Ruggero, quien se alejaba lo más que podía de las manos sucias de Nico.
— ¡Tinker! —gritó Nicolás en cuanto me vio y corrió a darme un gran abrazo. Esta vez la felicidad fue verdadera, dos de los tres chicos que consideraba mis mejores amigos estaban a mi lado en ese momento y eso era justo lo que necesitaba para reunir la fuerza para enfrentarme a Jorge.
—Mira qué bonita estás, seguro a que ya tienes novio —dijo Nicolás.
—No la acoses tanto —me defendió Ruggero. Me abrazó de la cintura y me dedicó una ancha sonrisa que me calmó, al menos mis amigos me apoyaban.
Noté la mirada de Lodo sobre nosotros e intenté despegarme de Ruggero, yo sabía que a mi prima le gustaba y no quería problemas con ella también.
—Aparta tus manos de Martina—escuché de pronto. Los cinco miramos a la misma dirección y vimos que Jorge venía hacia nosotros. Se me heló la sangre cuando cruzamos miradas y él me sonrió.
Ruggero me soltó y murmuró algo como “Celos”. Él no sabía a qué grado seguramente tenía la razón.
— ¡Jorge, mi amado Jorge, he vuelto! —Nicolás saltó a los brazos de Jorge e hizo que ambos cayeran al suelo por el impulso. Me reí junto con los demás, por un segundo las cosas habían vuelto a ser lo de antes: relajadas y llenas de bromas. Pero muy en el fondo sabía que no volvería a serlo jamás, ni siquiera había empezado a procesar las palabras de Jorge todavía.
“Yo te amo”. Con sólo recordarlas un millón de emociones se acumulaban en mi pecho y subían hasta atorarse en mi garganta, que no les cedía el paso para evitar que me pusiera a gritar allí mismo.
—Adivina… He comprado ropa nueva que quiero modelar para ti… en la noche… solos —fui la primera en reírme de la insinuación de Nicolás. Había que alivianar el ambiente ¿no?
— ¿Dónde está Alba y Facu? —les pregunté cuando se pusieron de pie.
—Alba viene en camino, Facu dijo que nos esperaría en el parque. Y Xabiani también viene, pero lo recogeremos cuando nos pongamos en marcha —me informó Lodovica. Asentí con la cabeza y esperé a que agregara algo más, pero como no lo hizo, de la nada surgió cierta tensión sobre mis hombros.
—Qué lindo anillo, Tini—me dijo Mercedes. No quería que lo supieran, aún no. Entré en pánico y no se me ocurrió otra cosa más que ocultar mi mano en el bolsillo de mi abrigo—. ¿Dónde lo compraste?
—Es… un regalo… de la abuela —le respondí. Jorge me miró decepcionado, ¿qué se supone que tenía que decir? “Es un anillo de compromiso, anoche Jorge me obligó a casarme con él, ¿no es genial?”. Ni todo el sarcasmo del mundo me alcanzaría para pronunciar esas palabras.
Alba llegó a los cinco minutos y nos fuimos en seguida. Nos iríamos en el auto de Jorge, pero yo conduciría. Sin embargo, en cuanto me puse al volante las manos me comenzaron a temblar. No podía concentrarme en encender el motor, olvidé los cambios que había que hacer con la palanca y cuando finalmente logré echar a andar el auto, di con el freno y todos nos fuimos hacia adelante.
—Será mejor que yo conduzca —sugirió Nico. Salí del asiento del conductor y me senté atrás con los demás. Para mi mala suerte, quedé al medio de Ruggero y Jorge.
Intenté poner atención a la conversación que tenían Alba y Mercedes, pero me distraía con facilidad. Podía oír la respiración de Jorge a mi lado y la noche anterior se me venía a la cabeza.
— ¿Qué opinas, Tinker? —escuché que me preguntaba Nicolás desde el asiento de adelante.
El auto de Jorge era muy espacioso, con tres corridas de asientos nosotros íbamos cómodos. Pero Jorge estaba pegado a mí, como si tuviera miedo a que abriera la puerta y me tirara en cualquier momento. Si seguía acercándose más de lo necesario esa opción no estaría muy lejos de la realidad.
—Opinar de qué? —entre todas las cosas que pensaba no tenía ni la menor idea de lo que hablaba Nico.
—Sobre que Jorge te ama.
— ¡¿Qué?! —exclamé. ¿Acaso lo habían descubierto mientras yo no los escuchaba?
—Sobre que Jorge no llama —aclaró. Suspiré aliviada, había oído mal—. Antes me llamaba para saber cómo estaba, pero ahora con suerte me saluda como antes.
—Es que está enamorado.
— ¡¿Cómo?! —grité ante las palabras de Alba. Ella me miró extrañada, seguro parecía una loca alterándome con cada frase que decían.
—Que está concentrado, pronto rendirá el examen para entrar a la universidad —bajé la mirada avergonzada, sería mejor desconectar por el resto del camino si no quería estar paranoica por el resto del día.
Después de recoger a Xabiani, nos fuimos directo al parque de diversiones.
Era más una feria que un parque, pero a mí me gustaba. El ambiente alegre era contagioso, a pesar de que toda la diversión era de noche, prefería ir de día porque así aprovechábamos el tiempo al máximo.
Mientras los chicos compraban las entradas y se ponían de acuerdo a qué atracción subir primero, Mer me miró suspicaz y me agarró de la mano que tenía el anillo.
— ¿De tu abuela, eh? —aparté la mano y la volví a esconder en mi bolsillo.
—Sí, ha pasado de generación en generación en nuestra familia.
—Ya, y el que reconozca entre un anillo normal y uno de compromiso, más las intensas miradas de Jorge y tu distracción el día de hoy no tiene ninguna relación.
—No —normalmente era una excelente mentirosa, pero esta vez me delaté sola al dirigir mi vista hacia Jorge.
-Martina…
Y no lo soporté.
Se los conté todo, desde la confesión hasta lo que se proponía Jorge. Lodovica me dijo que eso no estaba bien, que un matrimonio era un lazo de amor mutuo, Alba no dijo nada pero me consoló en silencio, en cambio Mercedes… pegó el grito en el cielo.
— ¿Me dejarás ser la dama de honor? —las tres la miramos sorprendidas.
—No me escuchas, Mercedes? ¡No quiero casarme con Jorge! —le dije exasperada.
— ¡¿Tú qué?! —Di media vuelta y me encontré con el rostro distorsionado de Nicolás—. Explícame de qué demonios estás hablando.
Nuevamente le relaté lo sucedido y a medida que avanzaba Andrés iba cambiando de colores.
—No puede hacer eso… —dijo cuando acabé de contarle—. No te preocupes, Tinker. Yo te ayudaré.
—Y yo —dijo Alba.
—Cuenta conmigo —se unió Lodovica.
Mercedes se quedó callada, pero Alba le dio un codazo en las costillas.
—Está bien. También te ayudaré. Pero en caso de que esto no funcione y tengas que casarte con Jorge, el puesto como dama de honor ya está reservado —puse los ojos en blanco y le tiré el cabello como regaño.
—¿Qué tenías pensado hacer? —me preguntó Nico.
—Bueno… casarme con Jorge y ser la peor esposa del mundo —me encogí de hombros y sonreí con inocencia. Nico bufó y me golpeó en la frente.
—Eso déjalo como plan B. Lo que tienes que hacer ahora es lo siguiente…
Los chicos regresaron con ocho entradas que incluían comida y una vuelta a cada atracción. Lo primero que hicimos fue comprar comida, hasta que vi un puesto de hamburguesas no recordé que no había desayunado y mi estómago comenzó a rugir en cuanto el aroma de la carne llegó a mi nariz.
Después iniciamos la búsqueda de Facu. Dijo que nos esperaría al lado de la casa embrujada, no demoramos en distinguir su oscuro cabello de entre la multitud.
—Al fin llegan, ¿por qué tardaron tanto?
—Por culpa de Martina Durmiente —me acusó Jorge. En un caso normal lo habría insultado y los demás se hubiesen reído de nuestra discusión, pero todo estaba demasiado tenso como para encontrarle la gracia al chiste de Jorge.
—Bueno, será mejor que entremos a la casa embrujada de una vez, dicen que es tan aterradora que hasta a los mismos trabajadores del parque les asusta.
Terminé mi hamburguesa y nos pusimos en la fila para entrar.
Facu no se equivocaba, el lugar era espantoso. Debíamos seguir un camino recto, pero todo estaba a oscuras y se escuchaban gritos cada vez que dábamos un paso. Me tragué mi orgullo y dignidad cuando nos cruzamos con la habitación del exorcista, como Jorge no se había separado de mi lado salvo para comprar las entradas, me aferré a su brazo lo que quedaba de recorrido.
Cuando salimos de la casa embrujada, tenía los ojos cerrados y Jorge casi me llevaba en brazos.
—Martina, ya salimos, no hay nada aterrador aquí —me decía con un susurro en mi oído. Pero sí que lo había, me aterraba el sólo hecho de que mi corazón saltase y latiera más rápido al oír su voz.
—No, hay monstruos que quieren comerme, nunca más en mi vida abriré los ojos —le dije. Estaba abrazada a él con la cara escondida en el espacio que se formaba entre su cuello y su hombro.
—¿En serio? Porque por ahí veo una montaña rusa —abrí los ojos de golpe y divisé los rieles y las extravagantes curvas de la que sería la montaña rusa más grande que haya visto en mi vida.
Solté a Jorge y fui corriendo a colocarme en la fila. Mis amigos llegaron entre carcajadas, nunca antes había logrado resistirme a este juego, era mi favorito.
Nico se me acercó y disimuladamente me dijo:
—¿De verdad no te quieres casar con Jorge? Hace unos minutos me pareció que estabas muy bien a su lado.
—Estaba asustada, no molestes.
—Sólo te quiero ayudar a que tomes la decisión correcta.
Pensé en lo que me dijo Nicolás durante mucho tiempo, no me di cuenta cuando la fila avanzó y llegó mi turno de subir.
La decisión correcta ¿Cuál era? Casarme con Jorge y ser la mujer más insoportable del planeta o romperle el corazón.
Si hacía la primera, Jorge me odiaría. Si hacía la segunda, que sería efectuar el plan de Nicolás: fingir que estoy enamorada de otro chico, Jorge también me odiaría. Sin mencionar el daño que le causaría.
En ambos casos el perjudicado sería Jorge. Me sentí horrible, como si yo fuera el monstruo. Sólo pensaba en mí y en lo que me sucedería, y sin embargo, a Jorge no parecía importarle ¿Por qué era tan bueno?
“Yo te amo”. Parecía que esa era la respuesta para todas mis preguntas.
—Chica, ¿vas a subir? —miré al hombre que estaba en la entrada de la montaña rusa. A mí alrededor las personas se quejaban porque no me subía de una vez.
—Claro —me senté en el segundo de los carritos y esperé a que alguien se sentara a mi lado—. ¿Quién se va a sentar conmigo?
Todos giraron a ver a Jorge, que movía los brazos impaciente negándose.
— Jorge… —pero él no escuchó a Facu.
Entonces lo recordé. Jorge le tenía miedo a las alturas y en especial a las montañas rusas. Me mordí el labio, pensando en que hacer.
Me bajé del carrito y caminé hasta tomar de la mano a Jorge. No me agradaba para nada todo esto que nos ocurría con respecto al matrimonio, pero él seguía siendo mi ojos verdes. Y si a él no le molestó cargar conmigo en la casa embrujada, a mí no me molestaría hacerle compañía mientras los demás disfrutaban de la montaña.
—Yo acompaño a ojos verdes, no se preocupen —les dije.
Antes de que el juego empezara, Nicolás me miró fijamente y sonrió.
Me dolía aceptarlo, pero ya había tomado la decisión correcta.
—Tini, despierta —abrí los ojos con lentitud, como si la poca la luz que había en mi habitación me hiciera daño. Holly estaba a mi lado apartando algunos mechones de cabello de mi rostro, se veía preocupada. Recordé la emoción con la que me despertó ayer y de inmediato sentí una punzada en mi pecho.
Ahora estaba comprometida.
Aún no me colocaba el anillo de compromiso, pero podía sentir un peso de más en el dedo en el que estaría. Me senté y le dediqué una mirada tranquilizadora a Holly, ella no debía saber sobre esto, tenía que creer que me casaría con Jorge por amor.
— ¿Qué pasa, enana? —le pregunté sonriendo. Esto me estaba destrozando.
—Son las dos de la tarde… —me dijo, mordiéndose el labio.
Había olvidado que hoy saldría con los demás al parque de diversiones. Me puse de pie y me di cuenta de que Holly ya estaba vestida. Me dejó a solas para que pudiera cambiarme, aunque su presencia no me molestaba ni me avergonzaba.
Cuando acabé de abrocharme el último botón de mi abrigo, miré con odio la cajita donde dormía el anillo. Estaba sobre mi escritorio y parecía estar iluminado por el cielo. La abrí y sin pensarlo dos veces para no arrepentirme, me coloqué el anillo. Lo contemplé unos minutos hasta que Holly tocó la puerta para avisarme que mis amigos me esperaban abajo listos para irse.
Mis amigos. ¿Cómo reaccionarán ante la noticia? ¿Qué pensarían de Jorge si conocieran la verdad?
Comencé a sentir lástima de mi misma, me había rendido ante el matrimonio incluso antes de luchar. ¿Tan débil me consideraba Jorge?
Una nueva oleada de ira me arrancó un gruñido de la garganta.
No. No le haría las cosas tan fáciles. Si quería casarse conmigo no opondría resistencia, pero no por eso me convertiría en la esposa perfecta.
—Ya voy —le grité a Holly.
Me arreglé lo más que pude y peiné mi cabello hasta que quedó completamente liso. Era desagradable ver mi reflejo en el espejo y no reconocerme, pero si Jorge deseaba guerra, eso obtendría.
— ¡Ya estoy aquí! —exclamé con falsa alegría cuando bajé las escaleras. Mer y Lodo me abrazaron al mismo tiempo para saludarme y me regañaron por quedarme dormida.
—Eres una holgazana —me dijo Mercedes. Las tres reímos y entonces, los vi.
Salían de la cocina, cada uno con un trozo del pastel de cumpleaños de anoche en las manos. Nicolás tenía la mitad del rostro cubierto de chocolate e intentaba manchar a Ruggero, quien se alejaba lo más que podía de las manos sucias de Nico.
— ¡Tinker! —gritó Nicolás en cuanto me vio y corrió a darme un gran abrazo. Esta vez la felicidad fue verdadera, dos de los tres chicos que consideraba mis mejores amigos estaban a mi lado en ese momento y eso era justo lo que necesitaba para reunir la fuerza para enfrentarme a Jorge.
—Mira qué bonita estás, seguro a que ya tienes novio —dijo Nicolás.
—No la acoses tanto —me defendió Ruggero. Me abrazó de la cintura y me dedicó una ancha sonrisa que me calmó, al menos mis amigos me apoyaban.
Noté la mirada de Lodo sobre nosotros e intenté despegarme de Ruggero, yo sabía que a mi prima le gustaba y no quería problemas con ella también.
—Aparta tus manos de Martina—escuché de pronto. Los cinco miramos a la misma dirección y vimos que Jorge venía hacia nosotros. Se me heló la sangre cuando cruzamos miradas y él me sonrió.
Ruggero me soltó y murmuró algo como “Celos”. Él no sabía a qué grado seguramente tenía la razón.
— ¡Jorge, mi amado Jorge, he vuelto! —Nicolás saltó a los brazos de Jorge e hizo que ambos cayeran al suelo por el impulso. Me reí junto con los demás, por un segundo las cosas habían vuelto a ser lo de antes: relajadas y llenas de bromas. Pero muy en el fondo sabía que no volvería a serlo jamás, ni siquiera había empezado a procesar las palabras de Jorge todavía.
“Yo te amo”. Con sólo recordarlas un millón de emociones se acumulaban en mi pecho y subían hasta atorarse en mi garganta, que no les cedía el paso para evitar que me pusiera a gritar allí mismo.
—Adivina… He comprado ropa nueva que quiero modelar para ti… en la noche… solos —fui la primera en reírme de la insinuación de Nicolás. Había que alivianar el ambiente ¿no?
— ¿Dónde está Alba y Facu? —les pregunté cuando se pusieron de pie.
—Alba viene en camino, Facu dijo que nos esperaría en el parque. Y Xabiani también viene, pero lo recogeremos cuando nos pongamos en marcha —me informó Lodovica. Asentí con la cabeza y esperé a que agregara algo más, pero como no lo hizo, de la nada surgió cierta tensión sobre mis hombros.
—Qué lindo anillo, Tini—me dijo Mercedes. No quería que lo supieran, aún no. Entré en pánico y no se me ocurrió otra cosa más que ocultar mi mano en el bolsillo de mi abrigo—. ¿Dónde lo compraste?
—Es… un regalo… de la abuela —le respondí. Jorge me miró decepcionado, ¿qué se supone que tenía que decir? “Es un anillo de compromiso, anoche Jorge me obligó a casarme con él, ¿no es genial?”. Ni todo el sarcasmo del mundo me alcanzaría para pronunciar esas palabras.
Alba llegó a los cinco minutos y nos fuimos en seguida. Nos iríamos en el auto de Jorge, pero yo conduciría. Sin embargo, en cuanto me puse al volante las manos me comenzaron a temblar. No podía concentrarme en encender el motor, olvidé los cambios que había que hacer con la palanca y cuando finalmente logré echar a andar el auto, di con el freno y todos nos fuimos hacia adelante.
—Será mejor que yo conduzca —sugirió Nico. Salí del asiento del conductor y me senté atrás con los demás. Para mi mala suerte, quedé al medio de Ruggero y Jorge.
Intenté poner atención a la conversación que tenían Alba y Mercedes, pero me distraía con facilidad. Podía oír la respiración de Jorge a mi lado y la noche anterior se me venía a la cabeza.
— ¿Qué opinas, Tinker? —escuché que me preguntaba Nicolás desde el asiento de adelante.
El auto de Jorge era muy espacioso, con tres corridas de asientos nosotros íbamos cómodos. Pero Jorge estaba pegado a mí, como si tuviera miedo a que abriera la puerta y me tirara en cualquier momento. Si seguía acercándose más de lo necesario esa opción no estaría muy lejos de la realidad.
—Opinar de qué? —entre todas las cosas que pensaba no tenía ni la menor idea de lo que hablaba Nico.
—Sobre que Jorge te ama.
— ¡¿Qué?! —exclamé. ¿Acaso lo habían descubierto mientras yo no los escuchaba?
—Sobre que Jorge no llama —aclaró. Suspiré aliviada, había oído mal—. Antes me llamaba para saber cómo estaba, pero ahora con suerte me saluda como antes.
—Es que está enamorado.
— ¡¿Cómo?! —grité ante las palabras de Alba. Ella me miró extrañada, seguro parecía una loca alterándome con cada frase que decían.
—Que está concentrado, pronto rendirá el examen para entrar a la universidad —bajé la mirada avergonzada, sería mejor desconectar por el resto del camino si no quería estar paranoica por el resto del día.
Después de recoger a Xabiani, nos fuimos directo al parque de diversiones.
Era más una feria que un parque, pero a mí me gustaba. El ambiente alegre era contagioso, a pesar de que toda la diversión era de noche, prefería ir de día porque así aprovechábamos el tiempo al máximo.
Mientras los chicos compraban las entradas y se ponían de acuerdo a qué atracción subir primero, Mer me miró suspicaz y me agarró de la mano que tenía el anillo.
— ¿De tu abuela, eh? —aparté la mano y la volví a esconder en mi bolsillo.
—Sí, ha pasado de generación en generación en nuestra familia.
—Ya, y el que reconozca entre un anillo normal y uno de compromiso, más las intensas miradas de Jorge y tu distracción el día de hoy no tiene ninguna relación.
—No —normalmente era una excelente mentirosa, pero esta vez me delaté sola al dirigir mi vista hacia Jorge.
-Martina…
Y no lo soporté.
Se los conté todo, desde la confesión hasta lo que se proponía Jorge. Lodovica me dijo que eso no estaba bien, que un matrimonio era un lazo de amor mutuo, Alba no dijo nada pero me consoló en silencio, en cambio Mercedes… pegó el grito en el cielo.
— ¿Me dejarás ser la dama de honor? —las tres la miramos sorprendidas.
—No me escuchas, Mercedes? ¡No quiero casarme con Jorge! —le dije exasperada.
— ¡¿Tú qué?! —Di media vuelta y me encontré con el rostro distorsionado de Nicolás—. Explícame de qué demonios estás hablando.
Nuevamente le relaté lo sucedido y a medida que avanzaba Andrés iba cambiando de colores.
—No puede hacer eso… —dijo cuando acabé de contarle—. No te preocupes, Tinker. Yo te ayudaré.
—Y yo —dijo Alba.
—Cuenta conmigo —se unió Lodovica.
Mercedes se quedó callada, pero Alba le dio un codazo en las costillas.
—Está bien. También te ayudaré. Pero en caso de que esto no funcione y tengas que casarte con Jorge, el puesto como dama de honor ya está reservado —puse los ojos en blanco y le tiré el cabello como regaño.
—¿Qué tenías pensado hacer? —me preguntó Nico.
—Bueno… casarme con Jorge y ser la peor esposa del mundo —me encogí de hombros y sonreí con inocencia. Nico bufó y me golpeó en la frente.
—Eso déjalo como plan B. Lo que tienes que hacer ahora es lo siguiente…
Los chicos regresaron con ocho entradas que incluían comida y una vuelta a cada atracción. Lo primero que hicimos fue comprar comida, hasta que vi un puesto de hamburguesas no recordé que no había desayunado y mi estómago comenzó a rugir en cuanto el aroma de la carne llegó a mi nariz.
Después iniciamos la búsqueda de Facu. Dijo que nos esperaría al lado de la casa embrujada, no demoramos en distinguir su oscuro cabello de entre la multitud.
—Al fin llegan, ¿por qué tardaron tanto?
—Por culpa de Martina Durmiente —me acusó Jorge. En un caso normal lo habría insultado y los demás se hubiesen reído de nuestra discusión, pero todo estaba demasiado tenso como para encontrarle la gracia al chiste de Jorge.
—Bueno, será mejor que entremos a la casa embrujada de una vez, dicen que es tan aterradora que hasta a los mismos trabajadores del parque les asusta.
Terminé mi hamburguesa y nos pusimos en la fila para entrar.
Facu no se equivocaba, el lugar era espantoso. Debíamos seguir un camino recto, pero todo estaba a oscuras y se escuchaban gritos cada vez que dábamos un paso. Me tragué mi orgullo y dignidad cuando nos cruzamos con la habitación del exorcista, como Jorge no se había separado de mi lado salvo para comprar las entradas, me aferré a su brazo lo que quedaba de recorrido.
Cuando salimos de la casa embrujada, tenía los ojos cerrados y Jorge casi me llevaba en brazos.
—Martina, ya salimos, no hay nada aterrador aquí —me decía con un susurro en mi oído. Pero sí que lo había, me aterraba el sólo hecho de que mi corazón saltase y latiera más rápido al oír su voz.
—No, hay monstruos que quieren comerme, nunca más en mi vida abriré los ojos —le dije. Estaba abrazada a él con la cara escondida en el espacio que se formaba entre su cuello y su hombro.
—¿En serio? Porque por ahí veo una montaña rusa —abrí los ojos de golpe y divisé los rieles y las extravagantes curvas de la que sería la montaña rusa más grande que haya visto en mi vida.
Solté a Jorge y fui corriendo a colocarme en la fila. Mis amigos llegaron entre carcajadas, nunca antes había logrado resistirme a este juego, era mi favorito.
Nico se me acercó y disimuladamente me dijo:
—¿De verdad no te quieres casar con Jorge? Hace unos minutos me pareció que estabas muy bien a su lado.
—Estaba asustada, no molestes.
—Sólo te quiero ayudar a que tomes la decisión correcta.
Pensé en lo que me dijo Nicolás durante mucho tiempo, no me di cuenta cuando la fila avanzó y llegó mi turno de subir.
La decisión correcta ¿Cuál era? Casarme con Jorge y ser la mujer más insoportable del planeta o romperle el corazón.
Si hacía la primera, Jorge me odiaría. Si hacía la segunda, que sería efectuar el plan de Nicolás: fingir que estoy enamorada de otro chico, Jorge también me odiaría. Sin mencionar el daño que le causaría.
En ambos casos el perjudicado sería Jorge. Me sentí horrible, como si yo fuera el monstruo. Sólo pensaba en mí y en lo que me sucedería, y sin embargo, a Jorge no parecía importarle ¿Por qué era tan bueno?
“Yo te amo”. Parecía que esa era la respuesta para todas mis preguntas.
—Chica, ¿vas a subir? —miré al hombre que estaba en la entrada de la montaña rusa. A mí alrededor las personas se quejaban porque no me subía de una vez.
—Claro —me senté en el segundo de los carritos y esperé a que alguien se sentara a mi lado—. ¿Quién se va a sentar conmigo?
Todos giraron a ver a Jorge, que movía los brazos impaciente negándose.
— Jorge… —pero él no escuchó a Facu.
Entonces lo recordé. Jorge le tenía miedo a las alturas y en especial a las montañas rusas. Me mordí el labio, pensando en que hacer.
Me bajé del carrito y caminé hasta tomar de la mano a Jorge. No me agradaba para nada todo esto que nos ocurría con respecto al matrimonio, pero él seguía siendo mi ojos verdes. Y si a él no le molestó cargar conmigo en la casa embrujada, a mí no me molestaría hacerle compañía mientras los demás disfrutaban de la montaña.
—Yo acompaño a ojos verdes, no se preocupen —les dije.
Antes de que el juego empezara, Nicolás me miró fijamente y sonrió.
Me dolía aceptarlo, pero ya había tomado la decisión correcta.
¿Quien Te Crees? - Capitulo - 11
Capítulo 11
Sabía que tenía novia, ¡no debí ilusionarme con él!
Espera.. espera Martina. No te enloquezcas.
-¡Julia!- gritaron Fede y Nico al unísono.
Una chica de cabello castaño oscuro y tez blanca se abalanzó sobre los amigos de Jorge mientras yo miraba hacia la nada.
Luego de los abrazos y saludos la chica se dió vuelta y me vió.
Era bonita, realmente bonita.
-Un gusto, soy Julia- me abrazó con total confianza.
-Martina- dije con una sonrisa no del todo falsa.
-¿Así qué tu eres la novia de mi hermano?- preguntó mirando pícaramente a Jorge.
¡¿Porqué diablos todo el mundo creía que era novia deJorge?! Un momento... ¿de su hermano?
-¿Son hermanos?- casi se notó el alivio en mi voz.
-Sí, ¿acaso no vez el parecido?- se acercó a él y hizo una expresión rara.
Todos nos reímos.
-Tienes razón, ambos tienen ese adorable hoyuelo y los rizos.
-Somos adorables ¿a qué si?- pasó su mano sobre el hombro de Jorgey ambos sonrieron.
En realidad, eran muy parecidos.
Debería haberlo notado al instante en el que ví a Julia.
En éste momento era en el que me daba cuenta que si sentía algo por él. Me había agarrado un ataque de celos con tan sólo escuchar la voz de una chica.
De hecho, yo no era insegura, en absoluto. Mi autoestima no dependía de alagos. Yo me sentía bonita y no necesitaba vestirme como una zorra para atraer a nadie. Aunque tampoco tenía intención de atraer a nadie.
Pasamos la noche hablando y riéndonos, comimos, vimos películas, y jugamos.
-¿Qué hora es?- preguntó Julia mientras bebía una bebida energizante.
-Las 2:00am- respondió Fede.
-¡Vamos a nadar!- gritó entusiasmado Nico.
-Genial- dijeron todos al mismo tiempo.
Todos iban dirigiéndose hacia el pasillo que conducía al jardín trasero cuando detuve a Jorge.
-Ahora los alcanzo, voy a buscar un traje de baño a casa- le avisé.
-Oh vamos, no seas gallina Martina- gritó Nicodesde el pasillo mientras se iba.
-¿Qué se supone que debo hacer?- pregunté confundida por la provocación de Nico.
-Nadar desnuda- dijo Jorge enarcando una ceja.
-¿Es broma, verdad?- reí y me alivié al notar que el también.
-No, en ropa interior.
-Ya, iré a buscar el bikini...-me ví interrumpida cuando Jorge me tomó en su hombro- ¡suéltame Jorge!
-Callate Martina- me dijo divertido y corrió por el pasillo.
-¡Qué me sueltes! ¡No, por favor! -gritaba desesperada mientras el corría, sentí la brisa fresca en mis piernas.
-¡Menuda vista!- gritó Nico.
Y claro... mi cabeza estaba apoyada en la espalda deJorge, mi cintura sobre su hombro, y mi maldito trasero expuesto a todo el mundo.
-Vamos, Jorge, bajáme- intenté ser amable pero escuchaba su carcajada así que empecé a patalear como desquiciada.
El me bajó pero me sostuvo fuerte contra su pecho dejándome sin escapatoria.
Sonrió pícaramente y luego se inclinó hacia mí.
Me sentí bastante estúpida al notar que su intención era otra. Caimos ambos a la piscina.
El agua estaba a temperatura ambiente.
Salí a la superficie y me tallé los ojos.
-Al menos me hubieras dejado que me quite la ropa-.
Se acercó nadando a mí y me tomó por la cintura.
-Nadas bonito- observé y él sonrió.
-¿Cómo se hace para nadar bonito?- preguntaba Juliamientras llegaba a mi lado.
-La gente bonita, nada bonito- acotó Fede.
-Diablos, entonces yo debo nadar como dios del Olimpo- dijo Nico y todos estallamos en carcajadas.
No entendía porque Jorge no me soltaba. No es que me molestara su cercanía, pero nunca habíamos tenido tanto contacto físico en esa semana.
Sabía que tenía novia, ¡no debí ilusionarme con él!
Espera.. espera Martina. No te enloquezcas.
-¡Julia!- gritaron Fede y Nico al unísono.
Una chica de cabello castaño oscuro y tez blanca se abalanzó sobre los amigos de Jorge mientras yo miraba hacia la nada.
Luego de los abrazos y saludos la chica se dió vuelta y me vió.
Era bonita, realmente bonita.
-Un gusto, soy Julia- me abrazó con total confianza.
-Martina- dije con una sonrisa no del todo falsa.
-¿Así qué tu eres la novia de mi hermano?- preguntó mirando pícaramente a Jorge.
¡¿Porqué diablos todo el mundo creía que era novia deJorge?! Un momento... ¿de su hermano?
-¿Son hermanos?- casi se notó el alivio en mi voz.
-Sí, ¿acaso no vez el parecido?- se acercó a él y hizo una expresión rara.
Todos nos reímos.
-Tienes razón, ambos tienen ese adorable hoyuelo y los rizos.
-Somos adorables ¿a qué si?- pasó su mano sobre el hombro de Jorgey ambos sonrieron.
En realidad, eran muy parecidos.
Debería haberlo notado al instante en el que ví a Julia.
En éste momento era en el que me daba cuenta que si sentía algo por él. Me había agarrado un ataque de celos con tan sólo escuchar la voz de una chica.
De hecho, yo no era insegura, en absoluto. Mi autoestima no dependía de alagos. Yo me sentía bonita y no necesitaba vestirme como una zorra para atraer a nadie. Aunque tampoco tenía intención de atraer a nadie.
Pasamos la noche hablando y riéndonos, comimos, vimos películas, y jugamos.
-¿Qué hora es?- preguntó Julia mientras bebía una bebida energizante.
-Las 2:00am- respondió Fede.
-¡Vamos a nadar!- gritó entusiasmado Nico.
-Genial- dijeron todos al mismo tiempo.
Todos iban dirigiéndose hacia el pasillo que conducía al jardín trasero cuando detuve a Jorge.
-Ahora los alcanzo, voy a buscar un traje de baño a casa- le avisé.
-Oh vamos, no seas gallina Martina- gritó Nicodesde el pasillo mientras se iba.
-¿Qué se supone que debo hacer?- pregunté confundida por la provocación de Nico.
-Nadar desnuda- dijo Jorge enarcando una ceja.
-¿Es broma, verdad?- reí y me alivié al notar que el también.
-No, en ropa interior.
-Ya, iré a buscar el bikini...-me ví interrumpida cuando Jorge me tomó en su hombro- ¡suéltame Jorge!
-Callate Martina- me dijo divertido y corrió por el pasillo.
-¡Qué me sueltes! ¡No, por favor! -gritaba desesperada mientras el corría, sentí la brisa fresca en mis piernas.
-¡Menuda vista!- gritó Nico.
Y claro... mi cabeza estaba apoyada en la espalda deJorge, mi cintura sobre su hombro, y mi maldito trasero expuesto a todo el mundo.
-Vamos, Jorge, bajáme- intenté ser amable pero escuchaba su carcajada así que empecé a patalear como desquiciada.
El me bajó pero me sostuvo fuerte contra su pecho dejándome sin escapatoria.
Sonrió pícaramente y luego se inclinó hacia mí.
Me sentí bastante estúpida al notar que su intención era otra. Caimos ambos a la piscina.
El agua estaba a temperatura ambiente.
Salí a la superficie y me tallé los ojos.
-Al menos me hubieras dejado que me quite la ropa-.
Se acercó nadando a mí y me tomó por la cintura.
-Nadas bonito- observé y él sonrió.
-¿Cómo se hace para nadar bonito?- preguntaba Juliamientras llegaba a mi lado.
-La gente bonita, nada bonito- acotó Fede.
-Diablos, entonces yo debo nadar como dios del Olimpo- dijo Nico y todos estallamos en carcajadas.
No entendía porque Jorge no me soltaba. No es que me molestara su cercanía, pero nunca habíamos tenido tanto contacto físico en esa semana.
Through Truth - Capitulo 11
Capitulo 11
El chico llamado Tom, siguio al director, empujando a Jorge al pasar junto a el, este iba a volver a golpearlo pero Martina lo detuvo y luego lo dejo ahí, siguiendo tambien al director. Jorge miro a su alrededor, todos prestaban atención a ellos, seguro estaban preguntándose porque habia defendido a la chica que supuestamente tanto aborrecía, pero eso era algo que ni siquiera el lograba comprender. Siguió al director y cuando los 3 llegaron a la oficina los hizo sentarse, Jorge y Tom se miraron con odio, Tom tenia la nariz llena de sangre y Jorge sonrio con satisfacción y luego se sento al lado de Martina quien lo miro por un segundo y parecia molesta
-entonces… quien de ustedes quiere justificarse primero?- pregunto el director mirándolos a los 3, no quiero mentiras, la cocinera me explico todo.
-fue este maldito idiota…- dijo Martina señalando a Tom
-ese vocabulario señorita!- la regaño el director y ella se cruzo de brazos
-no, ella paso frente a mi y solo le hize ver lo bien que se veia… ella se ofendió y luego este imbécil comenzo a defenderla.- dijo Tom haciendo que el director quedara asombrado
-señor Blanco, podria explicarme porque se metió en algo que no le correspondía? Hasta donde yo se, usted y la señorita Stoessel se llevan peor que los perros y gatos.- dijo el director
-no iba a permitir que le faltara el respeto…
-no era asunto suyo, la señorita Stoessel pudo decírmelo y yo arreglaba cuentas con Tom, aunque tambien debo decir que ella podria evitar esos comentarios si hubiera venido vestida mas decentemente.- comento el director y Jorge se puso de pie
-no es asunto suyo como viene vestida ella… ni suyo, ni de este idiota ni de nadie… ella puede vestirse como quiera y usted no va a decirle que es algo “indecente”- dijo Jorge enojado y el profesor se puso de pie tambien
-no me hable en ese tono… no dije que la señorita fuera indecente, se que no lo es, pero su atuendo es algo extrovertido.- indico el profesor
-no es asunto suyo, como dije antes.- comento Jorge y el profesor parecia enojado pero respiro profundo y se sento de nuevo igual que Jorge
-digame señorita Stoessel… que paso cuando el señor Blanco la defendió?- pregunto el director, que ya sabia toda la historia
- tuve una pequeña charla con el, pero sigui con sus comentarios vulgares asi que lo golpee…- dijo con una sonrisa de autosuficiencia y Jorge sonrio ligeramente tambien. Tom los fulmino con la mirada
-eso no es digno de una dama.- puntualizo el director y ella se encogió de hombros.
-lo que me dijo no es digno de un caballero.- dijo ella y el director suspiro
-bueno que mas? que paso después?- dijo el director
-me llamo puta….- dijo ella y el director abrió los ojos como platos
-señor Felton… ese comentario estuvo muy fuera de lugar.- reprendió a Tom y el rodo los ojos
-y luego Jorge lo golpeo…Tom se iba a defender y en eso llego usted.- finalizo Martina y el director se volvió a Jorge
-y sigo sin entender el porque su agresión señor Blanco… el joven Felton cometió una equivocación no hay duda, pero como parece la señorita Stoessel sabia defenderse y no pidió su ayuda…- dijo el director
-la llamo puta! como pudo el idiota llamarla asi? Ni siquiera la conoce!- exploto Jorge
-y tu si? tu la concoes? Eh?- lo desafio Tom y ambos se miraron con odio
-Ya basta! No es culpa de Jorge, deje de indicar que todo el culpa de el, pero tampoco es culpa de Tom ok? Es mi culpa y solo mia por usar esta “ropa indecente” – dijo Martina y Jorge quería matar al director
-no! No es culpa de ella… ella no tiene la culpa de nada!- la defendió Jorge y ella lo amenazo con la mirada.
-no los pienso dejar sin un castigo, tienen detención esta tarde… los 3! Y punto final… los veo aquí a las 5 de la tarde de acuerdo?- los 3 asintieron- retírense.
Martina se levanto rápidamente, y salió de la oficina, Jorge y Tom se dedicaron una mirada de odio y luego Jorge salió para buscar a Martina, vio que ella se dirigía al patio trasero y la siguió rápidamente
-hey! Martina! – grito el y ella lo miro muy molesta
-eres un estúpido! Porque me defendiste? No debiste hacerlo… simplemente no debiste! Sabes que odio que me defiendan!- dijo ella alterada y el quedo sorprendido
-te defendi y ahora estas gritándome porque lo hize? Estas mal enserio… tienes un problema…
- no quiero tener nada que ver contigo! NADA! Podemos insultarnos todo el dia pero no quiero que me defiendas… ni siquiera se porque lo hiciste, ni quiero saberlo!- dijo ella alterada
-lo hize porque eres una mujer… y no debió faltarte el respeto.- explico el pero demasiado molesto con esa chica.
-AJA! Si claro… a ti no te importan las mujeres… las tratas peor que basura! Crees que no se que solo me defendiste para hacerme quedar como una idiota que necesita que la defiendan?- Jorge la miro incrédulo, jamas le habia pasado eso por la mente, pero sentía tanto coraje…
-tienes razón… no me importa lo que te digan… únicamente fue por eso. eres una mimada, siempre necesitas quien te defienda…- mintió el y ella lo miro mas enojada que nunca
-te odio! Eres un asco!- grito y luego corrió hacia algún lugar, dejando a Jorge ahí, completamente enojado… no la soportaba, todo seria mas fácil sin ella… incluso pelear con ella era un fastidio… solo verla! AH! Estaba frustrado. Se dirigió a su siguiente clase intentando controlar su enojo, esperaba no encontrársela en el camino, para su suerte… seguía Biologia.
Martina lo vio entrar a la clase y acto seguido sentarse junto a ella sin dedicarle ni una mirada, era lo menos que podia hacer, el estúpido la habia hecho quedar como una tonta, el habia aceptado que solo por eso la defendió, ella no necesitaba que nadie la defendiera… les entregaron la actividad del dia para reponder por parejas, ella le entrego una hoja y se quedo con otra
-sabes hacerlo, asi que respondela y listo.- dijo con enojo y el la ignoro y se puso a responder todo, se sentía toda la tensión entre ellos, todo ese coraje… Martina termino rápidamente, se quedo sentada de brazos cruzados esperando a que Jorge acabara, cuando lo hizo, le quito la hoja sin decir nada, les puso sus nombres y se las entrego al profesor
-felicidades! Siempre son los primeros, hacen un gran trabajo! Seguro anhelan que la semana termine para volver a trabajar juntos en las tardes.- comento el profesor sonriéndoles
-si, no tiene idea…- dijo ella con un sarcasmo exagerado que incluso el profesor noto y sonrio. Jorge la miro furioso y cuando el timbre ssono, ambos salieron del salón de clases para irse a sus respectivas casas y luego en la tarde volver a detención.
-hola cariño, necesitamos ir de compras esta tarde… urgente!- dijo Jo cuando Martina entro a su casa
-no puedo mama, tengo detención…- respondió Martina y su mama la miro sorprendida.
-tu? Detención? Pero eres tan inteligente… que paso?- pregunto interesada… enserio su mama estaba interesada por ella?
-un idiota me dijo que estaba “condenadamentebuena” Jorge se enojo, yo me enoje, lo amenaze, y le di un pequeño golpe en su parte sensible… me llamo “puta” Jorge lo golpeo y nos mandaron a detención.- explico ella. Realmente no le interesaba si su mama se molestaba, nunca le interesaba nada…
- que lindo Jorge… supongo que le agradeciste que te defendiera…- dijo su mama dejándola estupefacta
-de hecho me pelee con el por defenderme.- respondió ella y su mama la reprendió con la mirada- no soy inútil! Podia defenderme sola…
-pero eres una damita…- comenzo su mama y Martina cansada de eso la miro
- no soy una superficial igual que tu a la que solo le importa quedar siempre bien y comportarse de una forma tan femenina, no soy una mimada… no me gusta tener la atención de todos, simplemente no soy como tu, ni lo sere nunca…no me importa lo que mi papa te hizo para que fueras asi, yo no me convertiré en alguien como tu…alguien que solo se preocupa por la belleza sin importarle que le pasa a sus hijos… solo tu trabajo y tu físico son importantes para tu y tus hijos siempre salimos sobrando- dijo Martina y se fue corriendo a su cuarto, dejando a su mama muy sorprendida y luego sin que su hija se diera cuenta, se sento en la sala y sus lagrimas comenzaron a salir…
Martina sentía que se habia pasado… que realmente se habia pasado con su mama, fue muy cruel, seguro la habia hecho sentir mal… no esperen, a su mama nbo le importaba lo que ella le dijera, ella seguiría siempre igual, importándole solo la belleza en todo…
Aun asi era su madre y debería pedirle perdón, después de una hora de haber estado acostada bajo pero solamente vio a su hermano comiendo
-hola feo… oye y mama?- le pregunto al no verla ahí
- no se… cuando baje ella no estaba aquí… como te fue en la escuela?- pregunto y ella suspiro, ya le pediría perdón a su mama después. Se sento junto a Fran y le conto todo lo que habia pasado, el estuvo del lado de Jorge y dijo que el tambien la hubiera defendido y que agradecia que Jorge lo hubiera hecho, estaba demasiado enojado con Tom e incluso la regaño por haber sido grosera con Jorge. A ella no le importo, seguía molesta con Jorge y asi seguiría… el maldito lo merecía.
El chico llamado Tom, siguio al director, empujando a Jorge al pasar junto a el, este iba a volver a golpearlo pero Martina lo detuvo y luego lo dejo ahí, siguiendo tambien al director. Jorge miro a su alrededor, todos prestaban atención a ellos, seguro estaban preguntándose porque habia defendido a la chica que supuestamente tanto aborrecía, pero eso era algo que ni siquiera el lograba comprender. Siguió al director y cuando los 3 llegaron a la oficina los hizo sentarse, Jorge y Tom se miraron con odio, Tom tenia la nariz llena de sangre y Jorge sonrio con satisfacción y luego se sento al lado de Martina quien lo miro por un segundo y parecia molesta
-entonces… quien de ustedes quiere justificarse primero?- pregunto el director mirándolos a los 3, no quiero mentiras, la cocinera me explico todo.
-fue este maldito idiota…- dijo Martina señalando a Tom
-ese vocabulario señorita!- la regaño el director y ella se cruzo de brazos
-no, ella paso frente a mi y solo le hize ver lo bien que se veia… ella se ofendió y luego este imbécil comenzo a defenderla.- dijo Tom haciendo que el director quedara asombrado
-señor Blanco, podria explicarme porque se metió en algo que no le correspondía? Hasta donde yo se, usted y la señorita Stoessel se llevan peor que los perros y gatos.- dijo el director
-no iba a permitir que le faltara el respeto…
-no era asunto suyo, la señorita Stoessel pudo decírmelo y yo arreglaba cuentas con Tom, aunque tambien debo decir que ella podria evitar esos comentarios si hubiera venido vestida mas decentemente.- comento el director y Jorge se puso de pie
-no es asunto suyo como viene vestida ella… ni suyo, ni de este idiota ni de nadie… ella puede vestirse como quiera y usted no va a decirle que es algo “indecente”- dijo Jorge enojado y el profesor se puso de pie tambien
-no me hable en ese tono… no dije que la señorita fuera indecente, se que no lo es, pero su atuendo es algo extrovertido.- indico el profesor
-no es asunto suyo, como dije antes.- comento Jorge y el profesor parecia enojado pero respiro profundo y se sento de nuevo igual que Jorge
-digame señorita Stoessel… que paso cuando el señor Blanco la defendió?- pregunto el director, que ya sabia toda la historia
- tuve una pequeña charla con el, pero sigui con sus comentarios vulgares asi que lo golpee…- dijo con una sonrisa de autosuficiencia y Jorge sonrio ligeramente tambien. Tom los fulmino con la mirada
-eso no es digno de una dama.- puntualizo el director y ella se encogió de hombros.
-lo que me dijo no es digno de un caballero.- dijo ella y el director suspiro
-bueno que mas? que paso después?- dijo el director
-me llamo puta….- dijo ella y el director abrió los ojos como platos
-señor Felton… ese comentario estuvo muy fuera de lugar.- reprendió a Tom y el rodo los ojos
-y luego Jorge lo golpeo…Tom se iba a defender y en eso llego usted.- finalizo Martina y el director se volvió a Jorge
-y sigo sin entender el porque su agresión señor Blanco… el joven Felton cometió una equivocación no hay duda, pero como parece la señorita Stoessel sabia defenderse y no pidió su ayuda…- dijo el director
-la llamo puta! como pudo el idiota llamarla asi? Ni siquiera la conoce!- exploto Jorge
-y tu si? tu la concoes? Eh?- lo desafio Tom y ambos se miraron con odio
-Ya basta! No es culpa de Jorge, deje de indicar que todo el culpa de el, pero tampoco es culpa de Tom ok? Es mi culpa y solo mia por usar esta “ropa indecente” – dijo Martina y Jorge quería matar al director
-no! No es culpa de ella… ella no tiene la culpa de nada!- la defendió Jorge y ella lo amenazo con la mirada.
-no los pienso dejar sin un castigo, tienen detención esta tarde… los 3! Y punto final… los veo aquí a las 5 de la tarde de acuerdo?- los 3 asintieron- retírense.
Martina se levanto rápidamente, y salió de la oficina, Jorge y Tom se dedicaron una mirada de odio y luego Jorge salió para buscar a Martina, vio que ella se dirigía al patio trasero y la siguió rápidamente
-hey! Martina! – grito el y ella lo miro muy molesta
-eres un estúpido! Porque me defendiste? No debiste hacerlo… simplemente no debiste! Sabes que odio que me defiendan!- dijo ella alterada y el quedo sorprendido
-te defendi y ahora estas gritándome porque lo hize? Estas mal enserio… tienes un problema…
- no quiero tener nada que ver contigo! NADA! Podemos insultarnos todo el dia pero no quiero que me defiendas… ni siquiera se porque lo hiciste, ni quiero saberlo!- dijo ella alterada
-lo hize porque eres una mujer… y no debió faltarte el respeto.- explico el pero demasiado molesto con esa chica.
-AJA! Si claro… a ti no te importan las mujeres… las tratas peor que basura! Crees que no se que solo me defendiste para hacerme quedar como una idiota que necesita que la defiendan?- Jorge la miro incrédulo, jamas le habia pasado eso por la mente, pero sentía tanto coraje…
-tienes razón… no me importa lo que te digan… únicamente fue por eso. eres una mimada, siempre necesitas quien te defienda…- mintió el y ella lo miro mas enojada que nunca
-te odio! Eres un asco!- grito y luego corrió hacia algún lugar, dejando a Jorge ahí, completamente enojado… no la soportaba, todo seria mas fácil sin ella… incluso pelear con ella era un fastidio… solo verla! AH! Estaba frustrado. Se dirigió a su siguiente clase intentando controlar su enojo, esperaba no encontrársela en el camino, para su suerte… seguía Biologia.
Martina lo vio entrar a la clase y acto seguido sentarse junto a ella sin dedicarle ni una mirada, era lo menos que podia hacer, el estúpido la habia hecho quedar como una tonta, el habia aceptado que solo por eso la defendió, ella no necesitaba que nadie la defendiera… les entregaron la actividad del dia para reponder por parejas, ella le entrego una hoja y se quedo con otra
-sabes hacerlo, asi que respondela y listo.- dijo con enojo y el la ignoro y se puso a responder todo, se sentía toda la tensión entre ellos, todo ese coraje… Martina termino rápidamente, se quedo sentada de brazos cruzados esperando a que Jorge acabara, cuando lo hizo, le quito la hoja sin decir nada, les puso sus nombres y se las entrego al profesor
-felicidades! Siempre son los primeros, hacen un gran trabajo! Seguro anhelan que la semana termine para volver a trabajar juntos en las tardes.- comento el profesor sonriéndoles
-si, no tiene idea…- dijo ella con un sarcasmo exagerado que incluso el profesor noto y sonrio. Jorge la miro furioso y cuando el timbre ssono, ambos salieron del salón de clases para irse a sus respectivas casas y luego en la tarde volver a detención.
-hola cariño, necesitamos ir de compras esta tarde… urgente!- dijo Jo cuando Martina entro a su casa
-no puedo mama, tengo detención…- respondió Martina y su mama la miro sorprendida.
-tu? Detención? Pero eres tan inteligente… que paso?- pregunto interesada… enserio su mama estaba interesada por ella?
-un idiota me dijo que estaba “condenadamentebuena” Jorge se enojo, yo me enoje, lo amenaze, y le di un pequeño golpe en su parte sensible… me llamo “puta” Jorge lo golpeo y nos mandaron a detención.- explico ella. Realmente no le interesaba si su mama se molestaba, nunca le interesaba nada…
- que lindo Jorge… supongo que le agradeciste que te defendiera…- dijo su mama dejándola estupefacta
-de hecho me pelee con el por defenderme.- respondió ella y su mama la reprendió con la mirada- no soy inútil! Podia defenderme sola…
-pero eres una damita…- comenzo su mama y Martina cansada de eso la miro
- no soy una superficial igual que tu a la que solo le importa quedar siempre bien y comportarse de una forma tan femenina, no soy una mimada… no me gusta tener la atención de todos, simplemente no soy como tu, ni lo sere nunca…no me importa lo que mi papa te hizo para que fueras asi, yo no me convertiré en alguien como tu…alguien que solo se preocupa por la belleza sin importarle que le pasa a sus hijos… solo tu trabajo y tu físico son importantes para tu y tus hijos siempre salimos sobrando- dijo Martina y se fue corriendo a su cuarto, dejando a su mama muy sorprendida y luego sin que su hija se diera cuenta, se sento en la sala y sus lagrimas comenzaron a salir…
Martina sentía que se habia pasado… que realmente se habia pasado con su mama, fue muy cruel, seguro la habia hecho sentir mal… no esperen, a su mama nbo le importaba lo que ella le dijera, ella seguiría siempre igual, importándole solo la belleza en todo…
Aun asi era su madre y debería pedirle perdón, después de una hora de haber estado acostada bajo pero solamente vio a su hermano comiendo
-hola feo… oye y mama?- le pregunto al no verla ahí
- no se… cuando baje ella no estaba aquí… como te fue en la escuela?- pregunto y ella suspiro, ya le pediría perdón a su mama después. Se sento junto a Fran y le conto todo lo que habia pasado, el estuvo del lado de Jorge y dijo que el tambien la hubiera defendido y que agradecia que Jorge lo hubiera hecho, estaba demasiado enojado con Tom e incluso la regaño por haber sido grosera con Jorge. A ella no le importo, seguía molesta con Jorge y asi seguiría… el maldito lo merecía.
¿El orgullo, o el amor? - Capitulo 1
{Capítulo 01}:
- ¿Sabes que ella no es de esas mujeres con las que te acuestas verdad? – le hizo saber Ryan a su amigo testarudo, hablaban de la mejor amiga de la novia de Ryan quien la conoció en su casa.
- Lo sé, por eso la quiero para mí – Jorge sonrió mientras veía una foto de Martina, Ryan rió por su terquedad.
- Solo porque has visto una foto de ella no quiere decir que tendrás que acostarte con ella además es mejor que tengas cuidado.
- ¿Porqué lo dices? – pregunto Jorge confundido.
- La última vez que un hombre la engaño le rompió los condones, todos, los condones – Jorge hizo una mueca de dolor.
- ¿Tan malo fue? – le pregunto.
- Dime tú, la engaño en su casa en su propia cama y pues, tuvo sus consecuencias, el hombre tiene siete hijos de cinco mujeres distintas ¿Qué tal?
- Entonces le ha dado fuerte ¿No? – pregunto en broma Jorge.
- Es enserio imbécil, si le haces algo Caitlin te mataría.
- ¿Tu novia? Si tu novia es un pan de Dios – dijo Jorge, conociendo a su novia, era muy linda pero no era su tipo además era novia de su mejor amigo y socio de su empresa en esas condiciones las novias de los mejores amigos ni se miran, y han respetado eso por más de diez años.
- Se nota que no la conoces, una vez íbamos caminando por la calle y me fije en una rubia y me dio una cachetada y me dejo de hablar por un mes y sin sexo por dos meses ¿Crees que eso es justo?
- Ryan hay que ser lo suficientemente estúpido como para mirar a otra mujer con tu novia al lado – se burlo Jorge mientras bajaba las escaleras de su casa y se tiraba al sillón.
- Iré a buscar a Caitlin a su tienda ¿Dejaras tu trasero pegado al sillón o vendrás conmigo? – le pregunto Ryan tomando las llaves de su auto.
- Déjame pensar, quedarme aquí viendo televisión o acompañarte a buscar a tu novia a su trabajo lleno de supermodelos. Para que veas que soy el mejor amigo de todos, te acompañare – se levanto arregló su cabello, y salió al garaje.
- Si Jorge, gracias de verdad eres el mejor amigo, por favor ve y cómete con la mirada a las modelos, por favor hazlo – carcajeo su amigo en modo sarcástico – ¿No vendrás conmigo? – le pregunto Ryan al ver que Jorge le quitaba el seguro a su auto y se montaba en él.
- Sí, pero te seguiré en mi auto, no estoy interesado en ser testigo de lo que le haces a tu novia – se monto en su auto y siguió a Ryan.
Ryan y Jorge estaban en la tienda donde trabaja Caitlin, mientras ella tomaba la foto de las chicas que modelaban la ropa que Martina había diseñado, ella tenía una taza de té en sus manos admirando su trabajo, de verdad era un gran diseñadora, mientras Ryan disimulaba al ver la chicas en poca ropa, Jorge no lo hacía, miraba descaradamente cada una de las modelos, todas eran rubias, era un paraíso nunca antes visto, había tantas rubias juntas y en tan buen estado, Martina lo miraba asqueada, era uno de esos hombres que solo buscan sexo y por lo tanto no era de su tipo. Distraída estaba en el lugar más alejado de la tienda, en la vitrina de exhibición viendo a las personas caminar rápido deseosas de llegar cada uno a sus respectivos hogares, era un típico día en New York.
- ¿Por qué no eres modelo? – le susurró una voz cerca de su cuello, su piel se erizó y pego un salto al ver la reacción que esa voz causaba en ella, ella se giro y vio al mismo chico que desnudaba a las modelos con la mirada, ella rodó los ojos, nuevamente tenía que lidiar con alguien así, suficiente tuvo con su ex novio.
- Porque sencillamente no me da la gana, no quiero atraer la atención de pedófilos ni sexópatas.
- Cariño estás a la defensiva, no deberías estarlo.
- ¿No? Y según tú ¿Por qué? – se cruzo de brazos aún con su taza de té – ya fría – en sus manos, no soportaba los hombres de esa ‘raza’ esos que elevan su ego a más no poder.
- No lo sé, tal vez para hacerte el favor de divertirte esta noche – Así de patán era, esa frase se la decía a todas las mujeres con las que se acostaba y todas sin más que decir daban su brazo a torcer pero con ella, no funcionaría eso.
- ¿Eres un payaso? Lo siento pero te equivocaste de lugar, el circo está a una cuadra más allá – se burló en sus narices y sin pudor, definitivamente le iba costar convencerla.
- Cariño sabes a lo que me refiero.
- No soy esa clase de mujeres que necesitan sexo para divertirse – él se sorprendió, nunca una mujer le había hablado tan directamente, se dio cuenta que no iba a ser fácil pero él tampoco dejaría escapar su presa sin antes haberlo intentado.
- Vaya que eres directa – sonrió cínicamente – Me gusta, las chicas difíciles son más sexys, y tu lo eres – dijo observándola sin discreción – No me imagino como serías en la…… - no termino de hablar cuando ya ella le había lanzado la taza de té en el rostro, afortunadamente para él, el te estaba frío y no le hizo nada grave, con esto le hirió el orgullo mientras ella le sonreía y él se limpiaba el rostro sorprendido de que al fin una mujer lo puso en su lugar.
- ¿Sabes que ella no es de esas mujeres con las que te acuestas verdad? – le hizo saber Ryan a su amigo testarudo, hablaban de la mejor amiga de la novia de Ryan quien la conoció en su casa.
- Lo sé, por eso la quiero para mí – Jorge sonrió mientras veía una foto de Martina, Ryan rió por su terquedad.
- Solo porque has visto una foto de ella no quiere decir que tendrás que acostarte con ella además es mejor que tengas cuidado.
- ¿Porqué lo dices? – pregunto Jorge confundido.
- La última vez que un hombre la engaño le rompió los condones, todos, los condones – Jorge hizo una mueca de dolor.
- ¿Tan malo fue? – le pregunto.
- Dime tú, la engaño en su casa en su propia cama y pues, tuvo sus consecuencias, el hombre tiene siete hijos de cinco mujeres distintas ¿Qué tal?
- Entonces le ha dado fuerte ¿No? – pregunto en broma Jorge.
- Es enserio imbécil, si le haces algo Caitlin te mataría.
- ¿Tu novia? Si tu novia es un pan de Dios – dijo Jorge, conociendo a su novia, era muy linda pero no era su tipo además era novia de su mejor amigo y socio de su empresa en esas condiciones las novias de los mejores amigos ni se miran, y han respetado eso por más de diez años.
- Se nota que no la conoces, una vez íbamos caminando por la calle y me fije en una rubia y me dio una cachetada y me dejo de hablar por un mes y sin sexo por dos meses ¿Crees que eso es justo?
- Ryan hay que ser lo suficientemente estúpido como para mirar a otra mujer con tu novia al lado – se burlo Jorge mientras bajaba las escaleras de su casa y se tiraba al sillón.
- Iré a buscar a Caitlin a su tienda ¿Dejaras tu trasero pegado al sillón o vendrás conmigo? – le pregunto Ryan tomando las llaves de su auto.
- Déjame pensar, quedarme aquí viendo televisión o acompañarte a buscar a tu novia a su trabajo lleno de supermodelos. Para que veas que soy el mejor amigo de todos, te acompañare – se levanto arregló su cabello, y salió al garaje.
- Si Jorge, gracias de verdad eres el mejor amigo, por favor ve y cómete con la mirada a las modelos, por favor hazlo – carcajeo su amigo en modo sarcástico – ¿No vendrás conmigo? – le pregunto Ryan al ver que Jorge le quitaba el seguro a su auto y se montaba en él.
- Sí, pero te seguiré en mi auto, no estoy interesado en ser testigo de lo que le haces a tu novia – se monto en su auto y siguió a Ryan.
Ryan y Jorge estaban en la tienda donde trabaja Caitlin, mientras ella tomaba la foto de las chicas que modelaban la ropa que Martina había diseñado, ella tenía una taza de té en sus manos admirando su trabajo, de verdad era un gran diseñadora, mientras Ryan disimulaba al ver la chicas en poca ropa, Jorge no lo hacía, miraba descaradamente cada una de las modelos, todas eran rubias, era un paraíso nunca antes visto, había tantas rubias juntas y en tan buen estado, Martina lo miraba asqueada, era uno de esos hombres que solo buscan sexo y por lo tanto no era de su tipo. Distraída estaba en el lugar más alejado de la tienda, en la vitrina de exhibición viendo a las personas caminar rápido deseosas de llegar cada uno a sus respectivos hogares, era un típico día en New York.
- ¿Por qué no eres modelo? – le susurró una voz cerca de su cuello, su piel se erizó y pego un salto al ver la reacción que esa voz causaba en ella, ella se giro y vio al mismo chico que desnudaba a las modelos con la mirada, ella rodó los ojos, nuevamente tenía que lidiar con alguien así, suficiente tuvo con su ex novio.
- Porque sencillamente no me da la gana, no quiero atraer la atención de pedófilos ni sexópatas.
- Cariño estás a la defensiva, no deberías estarlo.
- ¿No? Y según tú ¿Por qué? – se cruzo de brazos aún con su taza de té – ya fría – en sus manos, no soportaba los hombres de esa ‘raza’ esos que elevan su ego a más no poder.
- No lo sé, tal vez para hacerte el favor de divertirte esta noche – Así de patán era, esa frase se la decía a todas las mujeres con las que se acostaba y todas sin más que decir daban su brazo a torcer pero con ella, no funcionaría eso.
- ¿Eres un payaso? Lo siento pero te equivocaste de lugar, el circo está a una cuadra más allá – se burló en sus narices y sin pudor, definitivamente le iba costar convencerla.
- Cariño sabes a lo que me refiero.
- No soy esa clase de mujeres que necesitan sexo para divertirse – él se sorprendió, nunca una mujer le había hablado tan directamente, se dio cuenta que no iba a ser fácil pero él tampoco dejaría escapar su presa sin antes haberlo intentado.
- Vaya que eres directa – sonrió cínicamente – Me gusta, las chicas difíciles son más sexys, y tu lo eres – dijo observándola sin discreción – No me imagino como serías en la…… - no termino de hablar cuando ya ella le había lanzado la taza de té en el rostro, afortunadamente para él, el te estaba frío y no le hizo nada grave, con esto le hirió el orgullo mientras ella le sonreía y él se limpiaba el rostro sorprendido de que al fin una mujer lo puso en su lugar.
Aviso Rapidito
de la novela "El Orgullo o el Amor" no vamos a hacer maraton , sino se me va a acortar el tiempo , ¿ Ok? seguimossss!!!!
Hola!
holiss! perdon por dejarlas ayer ,es que tenia tarea de Fisico Quimica , bueno , nos faltaba terminar el maraton ! ahorita empezamos ! ahorita estoy viendo "Crepusculo Amanecer -Parte 2 " esta muuuy buena ! bueno SEGUIMOS CON EL MARATON !!!!
#RepasoDeArtistas#
Demi Lovato
Demetria Devonne Lovato conocida artísticamente como Demi Lovato, es una actriz, cantante y compositora estadounidense. Su carrera como actriz inició a temprana edad, apareciendo en la serie de televisión Barney y sus amigos, en donde interpretó a Angela. En el 2008 interpretó a Mitchie Torres en la película original de Disney Channel Camp Rock, así como su secuela Camp Rock 2: The Final Jam junto a los Jonas Brothers. También protagonizó otra película del canal, Programa de Protección para Princesas junto a Selena Gomez. Adicionalmente, Lovato protagonizó la serie original, Sunny entre estrellas como Sonny Munroe.
En cuanto a su carrera musical, firmó un contrato con la compañía discográfica Hollywood Records en 2008 y en este mismo año, lanzó su álbum debut, Don't Forget, el cual debutó en la posición número dos de la lista Billboard 200 de los Estados Unidos y posteriormente, la RIAA lo condecoró con un disco de oro gracias a ventas superadas a 500 000 copias.6 7 Su segundo álbum, Here We Go Again (2009), debutó en el número uno del Billboard 200.6 Su tercer álbum, Unbroken (2011)8 ocupó el cuarto lugar en su primera semana en el Billboard 200.6 De este, se desprendieron los sencillos «Skyscraper» y «Give Your Heart a Break». El primero, ocupó el número diez en el conteo estadounidense Billboard Hot 100, mientras que el segundo tuvo un mejor desempeño radial y es el más vendido de la intérprete en los Estados Unidos.9 10
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