Capitulo 4
- No lo sé…- dijo él.
-
Vamos, primo! Esta es tu forma de pagar el no haber venido a buscarme a
tiempo! Además, es tu culpa que ella haya perdido el vuelo, que ella
tuvo que comprar un nuevo boleto, y que ella se tenga que quedar acá una
noche, cuando no sabemos si hoy tenía un compromiso, allá en
Inglaterra.- Le dijo Thomas. Sinceramente, ese niño sabe como ser
insistente. El castaño lo miró sorprendido, y razonó. El sabía que Thomas tenía razón.
-
Está bien. Tienes razón Thomas.- le dijo. Luego, posó su mirada en mí.
Sólo ese equipaje llevas?- dijo señalando a las dos valijas.
-Sí- le respondí.- Vengo ligera.- Él se rió, y me preguntó.
- Vas de vacaciones a Inglaterra? O vas por trabajo?- Yo reí un poco, y le respondí
- Voy a estudiar allá, y a mudarme permanentemente, creo.-
- Pero… con tan pocas cosas? Las mujeres no llevan siempre toneladas de valijas?- preguntó confuso.- No lo sé- reí un poco
-
Pero yo no soy de llevar muchas cosas a todos lados.- concluí la
oración y le sonreí. Él me devolvió la sonrisa, haciendo que en mí se
produjera un cosquilleo en el estómago, produciéndome un escalofrío.
-
Bueno chicos,-comenzó a hablar Thomas- vamos a casa. Ya son las ocho de
la noche y muero de hambre.- Thomas tomó mi mano y me tiraba para que
lo acompañe a la salida. Tomé mis valijas, y cuando iba a caminar, el
castaño me tomó del brazo, produciéndome numerosas descargas eléctricas,
y me dijo
- Yo llevo las valijas, no te preocupes.- Yo solo le sonreí y asentí, embobada.
Salimos del aeropuerto y nos dirigimos al departamento.
***
-Que alguien cocine!!! Muero de hambre!!!- Gritó el niño pequeño desde la pieza de Jorge - Rápido!!- concluyó.
-Al
parecer, el pequeño tiene hambre.- Dije mientras buscaba ropa para
cambiarme.- Déjame cocinar a mí- le dije a Jorge - Es lo mínimo que
puedo hacer por haberme dejado quedarme en tu casa.- Dije acercándome a
la cocina. Abrí la heladera.- Cuanta comida.- le dije.- espectacular.-
Tomé un pollo del frízer, algunas verduras y mayonesa.
- Necesitas que te ayude?- dijo Jorge, acercándose a mí, poniéndome nerviosa.
- Em, si… corta estas verduras.- Prácticamente le tiré las verduras hacia la tabla de madera, y él se rió.
- Te sientes bien?- me dijo.
- Perfectamente.- le respondí, tragando sonoramente.
Terminamos de cortar las verduras y de trozar el pollo y los pusimos al horno. Luego, nos sentamos en la mesa de la cocina.
- Vives solo?- le pregunté.
-Sí-respondió-, desde hace un año.
-Ahh...- le respondí solamente. No sabía de qué hablar, pero quería charlar con él.
-Viniste sola?- Me preguntó repentinamente.
-Ehh? Ah, si, vine sola.- le respondí mientras jugaba con mis dedos, nerviosamente.
-Así que… viniste sola, sin ninguna amiga, amigo, familiar o… novio?- me preguntó. Yo negué con la cabeza.
- Nada de nada- le dije, y le sonreí.
-Falta mucho para la comida??- Escuchamos que se acercaban los pasos de Thomas. Yo me paré y me acerqué al niño.
-Falta
poco. Se esta cocinando. En cualquier momento suena el…- Ring! Ring!
Ring! – Sonó el horno. Sonreí y me dirigí hacia el y saqué el pollo.
-Mmmm, que bien huele eso, Martina - Me dijo Thomas.- Lo miré a Jorge. Tenía la mirada perdida.
Pusimos
los platos, vasos y cubiertos en la mesa y comimos. Al terminar de
lavar los platos y ordenar todo, Thomas dijo: Jorge, sólo hay una
cama...
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