Tomamos las valijas y nos dirigimos al aeropuerto.
Cap 7***
-Abrochen sus cinturones pasajeros, que el vuelo está por despegar- dijo la azafata en inglés, seguidos por otros idiomas.
Pero
yo sólo podía pensar en que el castaño estaba sentado un una rubia
artificial. Por qué el personal del aeropuerto estaba en contra mío?!
Esa estúpida z#rra lo miraba muy seguido, charlaba con él y se le
acercaba. Juro que si le llega a tocar un pelo, literalmente, me tiro encima de ella.
Por dios Martina, no puedes ser tan posesiva, apenas conociéndolo hace menos de veinticuatro horas.
Pero yo era así. Y no pensaba cambiar.
Una suave voz me arrastró hacia la realidad, alejándome de mis pensamientos.
-
Martina, te sientes bien?- me preguntó Thomas, con cara de
preocupación. No, no estaba bien. Su primo, QUE ERA MÍO, por más que
apenas lo conozca, estaba sentado con una rubia taxi. Se le notaban las
raíces color negras azabache a quinientos kilómetros de distancia.
-Si, pequeño. Estoy bien.- le decía, mientras creaba una sonrisa falsa.
-
A mí no me engañas. Te estás muriendo de celos porque Jorge se sienta
con esa chica.- dijo señalando, disimuladamente, a ellos.
-Pff, no Thomi.- le dije haciendo un gesto de “no me importa” con las manos- Estoy perfecta.-
Él
me miró con una sonrisa pícara, y se levantó del asiento y se dirigió
al irlandés. Intenté detenerlo, pero fue en vano. Pude escuchar su
conversación con él, ya que estaban bastante cerca;
- Jorge!!- dijo
Thomas acercándose a él, pasado por alto a la teñida. Si le llegaba a
decir que estaba “celosa” por su pequeña amiga, a ese niño no le hago
más un submarino.- Cuándo vas a llamar a tu novia?- le preguntó el niño.
Jorge, la teñida y yo lo miramos con el ceño fruncido.
- Qué novia?- preguntó Jorge, seguido por la inquilina
- Si, qué novia, nene?- le dijo con tono despreciativo a Thomas, haciendo que él, Jorge y yo la fulminemos con la mirada.
-
Mira- dijo Jorge acomodándose en el asiento- o tratas bien a mi primo, o
te voy a pedir que te cambies de asiento.- le replicó respetuosamente.
-
Escucha- dijo la desagradable mujer, con voz chillona- no es necesario
que me lo digas. Ya me voy. Adiós mocoso, adiós rubio, y por cierto, se
nota que te teñis. Tapate las raíces.
Dijo la chica, haciendo que yo carcajee. Niall me miró y yo solo miré hacia la ventanilla.
Entonces,
fue la chica a decirle a la azafata que le cambie el lugar; haciendo
que ésta vaya a la otra punta del avión, junto a un baboso que babeaba
por ella todo el vuelo, mientras que al lado de Jorge, se sentó una
anciana, muy amable.
- De nada.- dijo Thomas cuando se sentó al lado mío, de regreso.
- Gracias- le dije sonriéndole
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